El secreto mejor guardado de Galicia es la Ribeira Sacra. Se ubica a orillas del Río Miño. En él se esconde un centenar de monumentos románicos y unos viñedos milenarios. Nadie revela el proceso de sus vinos autóctonos y hay miles de historias secretas que se cuentan como leyendas ocurridas en los monasterios centenarios que se ubican en la zona. En las carreteras que cruzan estas tierras y que conducen a la ciudad Mos se corrió hoy la penúltima fracción de la Vuelta a España. Era el último recorrido en línea, antes de la contrarreloj final en Santiago de Compostela. La etapa la ganó el francés Clement Chapoussin, con un final abrupto, como de cuento corto. La noticia la generó el colombianos Miguel Ángel López, que se retiró de la carrera con un drama digno de novela de misterio.
Se corrió cerca de la frontera con Portugal. A un ritmo rápido, sin pausa, como ha sido la constante en esta edición de la carrera española. La fuga se tardó en armarse, pero logró ser numerosa. El recorrido inicial fue por el litoral, atravesando el Parque Nacional de las Islas Atlánticas hasta llegar a Mui. En este tramo, los aventureros llegaron a tener casi 11 minutos de renta. En el grupo se embarcaron representantes de 11 equipos, pero dos de ellos con triple presencia. El AG2R alternó a sus hombres con la intención de dejar a Champoussin, su mejor escalador, para el remate de la jornada. Los tres del DSM trabajaron para que Michael Storer asegurara la camiseta de rey de la montaña. Los cinco puertos cortos y explosivos estaban en la parte final de recorrido, después dejar atrás los acantilados con la vista al frente de las islas de Ons, Cíes, Sálvora y Cortegada.
Los montes del Miñor hicieron su tarea. Desgastó a los de la fuga y seleccionó a los del grupo principal. Storer ganó los primeros tres premios de montaña y atesoró la camiseta de lunares azules. En el tercer premio de montaña del día, a 57 kilómetros de la meta, el sudafricano Ryan Gibbons se lanzó desde lejos en solitario buscando ganar la etapa con una fórmula común en esta Vuelta. Al mismo tiempo, el Ineos puso paso fuerte en el grupo con Pidcock, Puccio y Sivakov para preparar los ataques de sus dos jefes de filas. La diferencia bajó a cuatro minutos y adelante sobrevivieron unos pocos. Cada quien gastó lo que le quedaba en las piernas después de tres semanas intensas. Adam Yates y Egan Bernal se alternaron los ataques iniciales en el grupo, con la presencia a rueda siempre de Miguel Ángel López. En ese juego de estrategias se atravesó el Bahrein, que contraatacó una salida de Egan con una salida en bloque de Gino Mader y Jack Haig. esta vez marcaron Enric Mas y Primoz Roglic, mientras los colombianos quedaban descolgados unos segundos sin poder reaccionar. Ahí se escribió el primer capítulo de una novela que terminó siendo la de más raiting en esta edición de la Vuelta.
El cuento. Se escribió al cierre de la etapa. Los 4 del grupo principal: Roglic, Mas, Haig y Yates pasaron a todos los de la fuga. Iban por la etapa. Esperaban el kilómetro final. Intempestivamente apareció Champoussin, nadie contaba ya con él. Venía escondido entre las curvas finales del ascenso a Mos. A 1.700 metros de la meta, en un arrancón sorpresivo, llegó de atrás y sobrepasó raudo al cuarteto puntero. La mirada atónita de todos lo dijo todo. asombroso. No hubo reacción. El francés siguió derecho y reclamó la primera victoria de su equipo en esta edición de la Vuelta. Final abrupto, feliz y sorpresivo.
La novela. Supermán se quedó en un grupo secundario. El único urgido en perseguir era él. Su tercera posición en la clasificación estaba amenazada por la presencia en la fuga de Jack Haig. Intentó cerrar el hueco. Estuvo a 30 segundos durante 15 kilómetros. De un momento a otro, la brecha se amplió. Drama total. En tres minutos, los 30 segundos se convirtieron en 5 minutos. Según lo dijo él en unas declaraciones enviadas por el mismo equipo, desistió de luchar. Suspenso. A 20 kilómetros de la meta se bajó de la bici, se montó a uno de los vehículos acompañantes y le dijo adiós a la carrera. Algunos dicen que fue un acto de rabia, otros indican que fue de desilusión. Lo cierto es que ese es el resumen de la trama. Faltan detalles de los demás actores. No se conocen aún las historias paralelas. Faltan capítulos por ver.
La Vuelta termina mañana. Roglic está a 33 kilómetros de ser tricampeón consecutivo de la carrera. Enric Mas es segundo a ’38». Hace dos años Alejandro Valverde escoltó en el podio al esloveno. El australiano Haig es tercero a 4’48» y defenderá su podio ante Adam Yates, al que supera por 1 minuto. El penúltimo día trajo sus sorpresas. Esperemos que la contrarreloj de mañana frente a la tumba del apóstol Santiago El Mayor nos regale buenas líneas. Las historias que queden serán motivo de unos buenos vinos.