Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2019 – Día 13: La vaca Pasiega aplaudió a Eslovenia

Una nueva raza de escaladores se tomó La Vuelta.  Es autóctona de la región balcánica. De buena talla, de extremidades largas, liviana de peso y dócil de temperamento. No hay antecedentes históricos en el ciclismo que permitieran sospechar de su gran potencia en cuestas tan duras como la de hoy. El linaje esloveno se impuso con categoría en la quinta llegada en alto, y la primera de las dos metas en premio de categoría especial, de la versión 74 de la carrera española. Tadej Pagacar y Primoz Roglic llegaron juntos y victoriosos al Alto de Los Machucos, justo al frente del Monumento a la Vaca Pasiega.

Hoy pedalearon del País Vasco a Cantabria. Etapa muy dura. Tenía siete premios de montaña en 166,4 kilómetros. El final era una pared. La carretera era estrecha y el pavimento estaba maltratado. Era una fracción crucial para la pelea por la clasificación general. La batalla estaba anunciada para el último puerto. Se esperaba un gran cedazo en la lucha por el título final. Era la hora de la verdad para saber qué tan fuerte estaba Roglic.   El esloveno superó la prueba y sacó una renta importante a su favor. En su exhibición solo lo acompañó su paisano Pogacar, que con 20 años y en su primera participación en una carrera de tres semanas sumó su segunda victoria parcial y se encaramó al tercer lugar de la tabla.

La subida a Los Machucos es corta y agónica. Arranca con una rampa del 17,5% y tiene dos curvas al 25%. Todas su inclinaciones son de dos dígitos. En el tercer kilómetros hay un descanso corto; en la cima, un descenso de 500 metros para llegar a la meta. Son 6,8 kilómetros de subida. Una loma eterna. En la cima se le rinde tributo a la vaca pasiega, la única raza lechera autóctona que queda en la península. Frente a la efigie de esta vaca de pelaje rojizo levantó los brazos Pogacar como vencedor de la etapa. Al lado se ondeaba la bandera tricolor de Eslovenia: blanco, azul y rojo. El monumento de la vaca permaneció inmóvil mientras la bandera se ondeó dos veces, pues a rueda de Pogacar entró su compatriota Roglic.

Los eslovenos embistieron y los colombianos capotearon el día. Henao, Higuita y Atapuma estuvieron en numerosa fuga, que claudicó en la última subida.  Nairo Quintana atacó y movió la carrera, pero fue superado por el fuerte paso de los balcánicos. Miguel Ángel López perdió un minuto en la meta y por primera vez en 13 días cedió la camiseta blanca de mejor joven. Pogacar y Roglic son verdaderos toros de casta. Hoy volvieron a mostrar su bravura. Recibieron sendas estocadas el primer día cuando sus equipos se cayeron en la crono colectiva, pero no se han cansado de atacar en la crono individual y en las etapas de montaña.

Eslovenia es un pequeño país europeo, con apenas 30 años de edad. Surgió de la desaparecida Yugoslavia.  Su cultura es una mezcla de matices, apropiados de sus vecinos Italia, Austria y Alemania.  Apenas tiene dos millones de habitantes. Solo 12 de ellos son ciclistas que militan en equipos World Tour. Dos de ellos están hoy en el podio de La Vuelta, a falta de ocho etapas. La de mañana parece plana, pero no del todo. La ruta hacia Oviedo  esconde algún desnivel. Algunos de los toros de la carrera están heridos, pero no pierden su bravura.

A la vaca pasiega se le consideró extinta en el 2004. Una investigación encontró algunos ejemplares puros en el Valle del Pas, cerca a Los Machucos. El Gobierno de la provincia emprendió un trabajo de recuperación, que después de 10 años ha permitido su inclusión en el Catálogo Oficial de Razas de España.  En su honor se construyó el monumento que hoy fue testigo de la jornada histórica del ciclismo esloveno. La particularidad de esta raza es su color rojizo, como el del líder de la Vuelta.

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