Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour 2021 – Día 11: El Ventoux hizo ver vulnerable a Pogacar y enorme a Van Aert

Un dicho francés afirma que el loco no es el que sube al Ventoux, sino el que vuelve. Los sobrevivientes del Tour tuvieron que pasarlo hoy y regresar obligatoriamente en la misma jornada. Así estaba diseñada la etapa 11. El inédito doble paso por mítico puerto que vio morir a Tom Simpson metros antes del puerto, que humanizó a Merckx cuando tuvo que recibir oxígeno tras cruzar exhausto la meta y que bajó de la bicicleta a Froome en 2016 en un confuso hecho en la última ocasión en que el Tour había estado en esta cima, consagró hoy como escalador a un velocista eximio. Inolvidable. Fue el día más grande en la vida de Wout Van Aert.

El Mont Ventoux se estrenó en el Tour el 22 de julio de 1951. Incluyendo ese día, lo han subido 18 veces. Las últimas dos fueron hoy. El monte calvo, con su paisaje lunar, áspero, con un calor sofocante, vientos frontales y una vegetación escasa ha sido 9 veces final de etapa, incluyendo una jornada contrarreloj. Hoy, fue sitio de paso en dos ocasiones. Los 198,8 kilómetros de Sorges a Malaucene terminaban 20 kilómetros abajo del observatorio militar que gobierna la cumbre de piedra calcárea más famosa del ciclismo. El recorrido tenía otras dificultades, pero la atención se concentró en la llamada «montaña de los héroes malditos del Tour».

El inicio de la etapa fue nervioso. El Tour estrenó a Sorges como sitio de salida. La ciudad que sedujo a Picasso y a Georges Barque a pintar juntos, motivó a Alaphilippe y a Nairo a fusionarse en busca de la fuga. Los intentos fueron numerosos. Nairo declinó en su intento y el campeón del mundo insistió. En el kilómetro 35, un grupo de tres aventureros lo alcanzó, y en el 99 llegaron ocho más para completar una docena de hombres en el grupo puntero. Así como se armó, de forma escalonada, así mismo se depuró. En el primer paso por la luna del ciclismo Alaphilippe registró su nombre como ganador de mítico puerto. En la segunda subida, el grupo de la escapada pasó de 12 a 8 integrantes, después a 3 y finalmente a un puntero sorpresivo. Con 1,91 metros de estatura y 78 kilos de peso, el campeón nacional belga Wout Van Aert logró la hazaña de su vida.

El filósofo Roland Barthes definió el Ventoux como «un déspota de los ciclistas, que nunca perdona a los débiles y exige un tributo injusto de sufrimiento». Así fue. Dos veces. La primera vez se subió por la pendiente «más suave», desde Sault. Desde allí, el Ineos tomó el mando en el grupo principal. En la segunda pasada, los británicos apretaron y descolgaron a Ben O’Connor, que ocupaba el segundo puesto en la clasificación general, y a Enric Mas, que era sexto. Cuando el grupo del líder se redujo a una decena de pedalistas, un sorpresivo y potente ataque del danés Jonas Vingegaard sacudió la carrera. Soltó a a Carapaz y a Urán. Pogacar quiso ir a su rueda, pero no aguantó. Es el primero que ataca al esloveno y lo suelta. Lo hizo ver vulnerable. El ecuatoriano, el colombiano y el esloveno unieron fuerzas en el descenso y le dieron caza.

A Mont Ventoux subió el poeta italiano Petrarca en el siglo XIV. El «padre espiritual del alpinismo» fue hasta lo alto del cerro para ver el mundo desde arriba y mirarse hacia adentro. Al gigante de la Provenza subió hoy Van Aert para demostrarle al mundo que más que un velocista, un rodador o un pouncher, también es escalador, un pedalista completo. Pogacar se afianzó en el liderato, Urán subió al segundo lugar y Vingegaard se metió al tercer cajón del podio. Entre el segundo y el sexto hay menos de un minuto. Mañana la jornada 12 viajará hasta Nimes. Se prevé una llegada masiva, aunque los vientos del valle, no los del monte, podrían hacer estragos.

 

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