Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour 2020 – Día 20: El tic tac del reloj hizo nacer un monstruo

No se dañó el cronómetro; lo pulverizó Tadej Pogacar. En 55 minutos y 55 segundos lo hizo todo. Se devoró los 36 kilómetros de la contrarreloj de hoy, ganó la etapa, se convirtió en rey de la montaña, sorprendió al mundo y quedó listo para ganar el Tour. Tiene 21 años de edad. Lo de hoy no fue una carrera de ciclismo, fue un ritual de bautizo para un monstruo.

146 sobrevivientes firmaron la planilla. Hoy era la última escala para llegar a París. La atención central estaba puesta en los cajones del podio. También había cierta expectativa con la posibilidad de algunos movimientos en las casillas del top 10. El capítulo aparte era la lucha por la camiseta de la montaña entre el ecuatoriano Richard Carapaz y el joven Pogacar. La etapa 20 tenía 30,3 kilómetros planos y 5,9 de para arriba. El final inquietaba bastante. Se esperaba una jornada particular de crono; una de esas en las que hay que esperar alguna sorpresa. Era un día de números, tiempos, cuentas y cálculos. Así fue; hasta que Pogacar se transformó en un engendero incontrolable sobre la bicicleta y se lo tragó todo.

A las 6:00 a.m. en horario colombiano empezó el desfile. Los primeros 73 de la lista salieron cada minuto y medio; los últimos 73 con dos minutos de distancia. La organización dispuso tres relojes intermedios: en el kilómetro 14,5 antes de un primer repecho, en el 30,3 justo al pie del inicio de la cuesta y en el 33,2 en la mitad de la subida. Por allí fueron pasando uno a uno mientras equipos técnicos y periodistas hacían todo tipo de cuentas. Al final, en La Planche de Belles Filles estaba el reloj de la sentencia.  Cuando Pogacar cambió de bicicleta y empezó la subida, las cuentas se cambiaron por aplausos y todo tipo de exclamaciones. El dictamen era claro: un prodigio iba cuesta arriba.

La contrarreloj empezó a dejar cosas claras a medida que se establecía registros. Carapaz no anduvo en buen día y su tiempo subiendo no le daba para luchar por la camiseta de las pepas rojas. Alejandro Valverde tampoco tuvo una buena etapa y se olvidó ser el cuarentón mejor ranqueado en el Tour; cayó del puesto 10 al 12 de la clasificación general. Miguel Ángel López encontró kriptonita en los cronómetros y bajó del podio al puesto 6. En su décimo Tour, Richie Porte por fin podrá disfrutar la sensación de estar en uno de los tres cajones; fue tercero en la etapa y subió al lugar que abandonó Supermán. Los eslovenos definieron entre ellos. Pogacar corrió como un prodigo y a su compatriota Primoz Roglic le fallaron los cálculos tanto como sus piernas. Con la banda del Jumbo Visma dio sus mejores conciertos; como solista no pudo cantar.

Pogacar arrancó como segundo del Tour con 57 segundos de desventaja ante Roglic. En el primer punto intermedio, puso el tercer mejor tiempo: perdía 17 segundos con Cavagna y 5 con Tom Dumoulin, pero le ganaba por 13 a su compatriota. Arranque fogoso, propio de su juventud. En el kilómetro 30,3 marcó el segundo registro: perdía solo por un segundo con Dumoulin y le ganaba por 36 a Roglic. Faltaba la subida y ya Roglic veía el monstruo debajo de su cama. El tercer cronometraje estaba en la mitad de la subida, a solo 2,5 kilómetros de la meta. Pulverizó el cronómetro y acabó con todo. El chico de 21 años ya sabía que ganaría la etapa, que le había quitado el liderato a Roglic, que iba volando y que no iba a parar. En ese punto le ganaba a Doumolin por 48 segundos y a Roglic por 1,22″. Nada qué hacer. De ahí para arriba el cronómetro se estalló como el hasta hoy líder. No más números, no más cuentas, solo aplausos a la nueva maravilla del ciclismo mundial.

El mundo quedó en Shock. La tabla de excel, la calculadora y los cronómetros quedaron guardados en un viejo maletín. Para aplaudir no son necesarios. Con el tic tac de un reloj como banda sonora nació un monstruo en el mundo del pedal.  Hoy apenas fue su bautizo. Lloró cuando cruzó la meta. Mañana sonreirá en París.

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