En la apicultura es famosa la regla de Farrar. Según ella, cuanto más aumenta la población de una colmena mayor es la producción individual de cada abeja. La norma funciona muy bien con las abejas porque las que son obreras aceptan su rol y no hay líos de poder. También funciona con el Jumbo Visma en el ciclismo. En el Tour de Francia, el equipo de licencia holandesa es un enjambre. Está lleno de jornaleros. Aplican el principio de las abejas. Su población en el grupo principal del Tour de Francia siempre supera en número a la de los demás equipos. Cada quien hace la tarea bien hecha. Son más y hacen más. Su rey, Primoz Roglic, espera el final para salir a recoger la miel.
La etapa 15 fue un monólogo del equipo color abeja. Fueron 174,5 kilómetros por las montañas del Jura, con tres ascensos encadenados en los 70 kilómetros finales. Era la primera de las dos llegadas en premios de categoría especial que tiene esta edición de la carrera francesa. Día de emociones fuertes. Jornada de contrastes. 17,4 kilómetros hacia el Grand Colombier al final del recorrido prometían una batalla fuerte al final. El objetivo de todos era tumbar el panal que hasta ahora ha zumbado en el Tour, pero hoy se vio más compacto que los 14 días anteriores.
En la primera hora de carrera reinó el caos. Todos querían montarse en la fuga. El grupo viajó a 50 kilómetros por hora y Sergio Higuita rodó por el piso 15 minutos después de la salida. En una maniobra el campeón nacional de Colombia cruzó su rueda delantera con la trasera de Bob Jungels y sufrió una aparatosa caída que le cortó sus alas en su primer Tour. Unos metros después, en una rotonda, un nuevo accidente. Retiro obligado en medio del llanto.
Cuando se armó la fuga definitiva, los del Jumbo Visma empezaron el control. Zumbaron e hicieron la tarea. Cada uno en lo suyo. En el último ascenso les dieron caza a los aventureros y pusieron un paso demoledor. Es lo que saben hacer. Tienen los ojos abiertos y las antenas alertas para neutralizar cualquier amenaza. Nunca se salen del libreto. Su idea es demoler a quien no ande bien. Hoy el turno fue para Nairo Quintana, afectado por las múltiples caídas, y para Egan Bernal, que vivió su día gris. El actual campeón del Tour cedió siete minutos y salió del Top 10. Cuando las piernas no están, las alas se pegan al cuerpo.
Las abejas del ciclismo solo hacen lo suyo, no atacan, no pican, solo vuelan hasta ver caer a los demás. El Jumbo hizo la terea completa, pero con una pequeña imperfección. Los obreros llevaron a Primoz Roglic hasta los últimos 500 metros y lo dejaron listo para recoger la miel. Su compatriota Tadej Pogacar lo sorprendió. Le ganó en la raya y le recortó 4 segundos por bonificación. Está a 40 segundos en la clasificación general. El Top 10 se distanció en tiempo, las banderas de Colombia se redujeron a dos en el Top 5 y a la carrera solo le quedan seis jornadas. Las abejas del Tour cuidan su jalea real. Los insectos no duermen. Su colmena se ve protegida, pero no está libre de amenazas.