Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour 2018 – Día 7: 230 kilómetros de calma chicha y 1 de sprint

 imagen3El término «calma chicha» es del argot de los marineros, no de los ciclistas. Le dicen así al cuadro que forman el mar en calma, la ausencia de viento, el calor abrasador y la embarcación detenida. La analogía del título con la etapa de hoy no encaja a la perfección. Hoy hubo viento en la mitad del recorrido, de hecho Ilnur Zakarin y Dan Martin pasaron un susto al quedar en el corte. Regresaron rápido se evitaron un dolor de cabeza. El calor no fue tanto, al menos no igual al de los dos primeros días. Y el grupo nunca se detuvo, marchó muy tranquilo, controlando dos fugas de un solo hombre en distintos momentos. El ritmo de carrera fue lento. Sosegado. Sin afanes. Llegaron a la meta media hora después de lo presupuestado.

Era la etapa más larga del Tour y fue la menos agraciada hasta el momento. 231 kilómetros con solo dos sobresaltos: el corte del grupo en la mitad de la etapa por efecto del viento de costado y  los abanicos,  y el esprint en la llegada. De resto, monotonía total. Un día de quietud. Entre líneas, un mensaje no verbalizado pero sí evidenciado del lote de ciclistas a la organización: estas etapas tan largas no aportan mucho al espectáculo. Y menos un día después de una llegada en muro y dos días antes del pave. Es demasiado desgaste para tan poca emoción.

A los marineros, la ausencia de viento los desespera. A los ciclistas, la falta de sobresaltos en la etapa les dio tranquilidad, les permitió navegar lentamente hasta Chartres. Bromearon, conversaron, bostezaron y ocuparon el ancho de la vía. Se lo tomaron con calma, con tranquilidad. Sin prisas. Sosegados, como los campos de trigo que adornaron el recorrido. Seis horas de lo mismo. Un día poco vistoso para una carrera como  el Tour. Sin picante. Una etapa de esas fáciles de olvidar; menos para los esprinters, que hicieron lo suyo al final.

Esta vez no ganó  Fernando Gaviria. Esa fue la noticia. Su equipo lo puso en el embalaje a 300 metros de la meta. El terreno tenía una leve inclinación. El colombiano intentó el remate largo, pero en los 50 metros finales de la recta apareció el holandés Groenewegen. Lo superó. Terminó con el monólogo Gaviria – Sagan que habían tenido todas las etapas al sprint.  Dylan fue primero, y a los dos del libreto habitual los ancló en el segundo y tercer lugar. El noruego celebró su décima victoria en la temporada, su primera en este Tour, su segunda en la carrera francesa después de ganar en los Campos Elíseos en el 2017. La victoria más importante en su carrera. Los silenció a todos.

El belga Greg Van Avermaet conservó la camiseta de líder. Con 3 segundos más sobre todos sus rivales, gracias al esprint bonificable. Mañana será la octava jornada. Otro día nervioso, ojalá no tedioso, camino al pave de  Roubaix el domingo, en el que habrá de todo, menos calma chicha.

 

 

 

 

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