Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

No es Nairo, no es Mariana y no es Ovidio; es la crítica al poder

Siempre creeré que el cuestionamiento al poder es parte sustancial de la democracia. De esta idea parto para mirar desde mi rincón, y con un cedazo de varios días, el tema de la Fedeciclismo, que poco a poco se ha convertido en una bola de nieve que ha llevado a una polarización de opiniones para dejar sumergido el tema sustancial. No es Nairo, no es Mariana y no es Ovidio; es la crítica al poder lo que está en juego.

Los comentarios que se hacen a los métodos, a los procedimientos y a las decisiones de las instancias directivas de cualquier organización deber servir siempre para el desarrollo de ésta; independiente de dónde o de quién vengan. Si las opiniones en contra están bien fundamentadas deberían ser vistas como alertas para corregir; y si están lejanas de la verdad, serán oportunidades para demostrar, explicar y afianzar la gestión. Eso no pasa en el ciclismo colombiano; eso no pasa en el país.

La crítica al poder no puede resistirse socavando la autoridad de quien critica. Fue lo que hizo el presidente de la Federación con las declaraciones de Nairo y lo que hizo gran parte del país con el respaldo dado al directivo por Mariana. Lo lógico sería una réplica discursiva, una defensa con contra argumentos, con objeciones  producto de la razón y no de la emoción; y sin necesidad de atacar a las personas.

Insisto en la idea inicial: la crítica al poder es un elemento fundamental, necesario y crucial para los sistemas democráticos, y el de las instituciones deportivas lo es por definición. No hay que temerle, no hay que acallarla y no hay que menospreciarla. El ataque al crítico y no a la crítica es peligroso para la institución.

No quiero entrar a tomar partido en una discusión que me parece mal enfocada; mi asunto hoy en este texto no es si Nairo tiene o no razón en las cosas que dijo, si la administración en cabeza de Jorge Ovidio es buena o mala, o si Mariana debió o no respaldar en privado (en un audio hecho público indebidamente) al presidente de la Federación. Cada uno de ellos tendrá sus razones y sus propios juicios de valor. Lo que quiero en este texto es sencillamente recordar el derecho que tiene todo ciudadano a expresarse frente a quien está en el poder y a expresar juicios críticos, y el derecho de quien recibe la crítica de defenderse de ella… esgrimiendo argumentos, expresando razones, explicando si es del caso.

La crítica no debe ser vista como enemiga; y mucho menos como amenaza. Un grupo directivo que reconozca y corrija sus errores a partir de alguna crítica hecha puede mejorar su credibilidad; y si argumenta con razones las apreciaciones sobre su gestión gana popularidad. Para eso, necesita  que los ciudadanos le señalemos, de buena fe, en qué los creemos equivocados.

No son las personas; es la gestión. No son los ciclistas, es el ciclismo. No son los directivos, es la administración del deporte. El ciclismo, como muchas otras cosas en el país, necesita un debate público amplio. Y lo necesita ya.

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