Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2017 – Día 5: Cuestión de fe

La llegada de la quinta etapa hoy a la Ermita de Santa Lucía refrendó la fe que se tiene Esteban Chaves para pelear la Vuelta. En el segundo encuentro con la montaña, el bogotano fue de nuevo el único de los favoritos que no perdió tiempo con el todopoderoso Froome. Llegó a la meta con él, con Contador y el con el canadiense Michael Woods, que ya tiene cara de ser la sorpresa de la carrera Además, subió al tercer lugar de la general, a 11 segundos del británico.

A la Ermita los ciclistas llegaron hoy como peregrinos. Cada uno vivía su propio rosario. Primero llegaron de uno en uno 12 de los 16 protagonistas de la fuga del día: el Kazako Lutsenko ganó la etapa 11 años después de la última victoria parcial de su jefe de filas Vinokurov; el eritreo Kudus fue segundo y estuvo cerca de lograr una milagrosa victoria; y el holandés Bolt del Manzana Postobón fue octavo y comulgó el liderato virtual de la carrera durante varios kilómetros. Después llegaron en procesión los integrantes del grupo principal: Contador con Woods, Froome y Chaves le sacaron 8 segundos a Van Garderen, 11 a Yates, Roche, Aru y Betancur y 16 a Nibali. Era una subida corta y dura, de solo 3,4 kilómetros. Era lógico que no marcaran grandes diferencias, pero la clasificación general volvió a moverse en el top 10.

No hubo calvario para ninguno de los favoritos, pero más de uno llegó rezando a la cima para no perder mucho tiempo. Pecaron un poco Bardet, De La Cruz y Barguil; Alberto Contador resucitó luego de la crisis que tuvo en la segunda etapa, y algunos equipos como el Movistar tendrán que aprovechar la Ermita, sitio de recogimiento y oración, para reflexionar sobre sus estrategias y buscar su paz interior.

Santa Lucía es la patrona de los invidentes.  A ella le pedimos que no nos deje enceguecer en el análisis de la carrera por el amor patrio o por la admiración a un corredor. Falta mucho por ver; pero no es pecado atreverse hoy a dar a Chaves como un gran opcionado. Lo hecho hasta ahora lo hace santo de nuestra devoción, y hasta el mismo Froome lo menciona como favorito. Es un pedalista que ataca de largo y sin miedo a que se le acabe y tiene el respaldo de un gran equipo. Si bien le falta kilometraje y todavía tiene mucho para asimilar, pensar en que la del 2018 va a ser su Vuelta no es pedirle un milagro. Hay que tenerle fe y dejarlo correr.

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