El Giro volvió hoy a los Apeninos. La etapa 6 fue el segundo round en la montaña entre los candidatos al título. Nuevamente hubo selección entre los jefes de filas y diferencias cortas, como en la jornada de antier. Estaba previsto y así pasó. Ganó uno de la fuga, lo que no sorprendió. Egan Bernal volvió al ataque y nuevamente llegó a la meta con unos pocos; lo que se esperaba. Alessandro De Marchi perdió la camiseta rosa; algo que era probable. Sin embargo, ocurrieron cosas salidas del libreto. Llovió fuerte; no estaba en los pronósticos. El Ineos atacó haciendo una forma de «abanico» en la montaña; no se había visto. Y el conductor de un vehículo del BikeExchange atropelló a Pieter Serry; pedalista del Deceuninck; increíble, pero pasó.
En el ciclismo muchas cosas tienen cierta lógica; pero es un deporte con múltiples variables, no admite profecías. No tiene oráculos sibilinos que lancen profecías. Nadie sabe lo que puede pasar. Una curva, una subida, un mal día, un ataque no controlado, un aguacero, una caída, un descuido o un error humano cambian totalmente la historia. La etapa de hoy tuvo 160 kilómetros que fueron desde la «pianura marchigiana», que no era plana sino llena de ondulaciones, hasta las rocosas montañas de San Giacomo. La ruta tenía muchas subidas rugosas y onduladas, pero solo tres estaban categorizadas como premios de montaña. A la vera del camino había grutas, cuevas, vegetación escasa y cicatrices de los terremotos de 1997 y 2016 en el sector.
Ni la Sibila de Cumes, el hada, que según la leyenda medieval habitó en una de las cuevas de los Apeninos, hacía predicciones en verso y tenía el don de la profecía, hubiera previsto el accidente del vehículo del BikeExchange. El conductor estaba recibiendo una chaqueta de otro vehículo y no se percató de que Serry perdía el paso del grupo. Absurdo. Tampoco hubiera adivinado la profetisa que el Ineos iba a formarse en un abanico en el segundo premio de montaña. Con esa acción sorprendieron y dinamitaron la carrera.
La etapa fue dura como las rocas que abundan en el sector. En el primer intento de fuga se embarcaron 25 pedalistas. En el segundo, solamente 8. Sobrevivó Gino Mader, del Bahrain, que consiguió la victoria parcial. En la última subida todos esperaban los ataques de Egan Bernal. Fueron 4 en total. solamente le aguantaron el paso Dan Martin, Remco Evenepoel y Giulio Ciccone. El colombiano los superó en la línea de meta y se quedó con la segunda bonificación de la llegada. Las diferencias fueron cortas, pero emocionalmente muy significativas. Nadie hubiera anunciado como favorito a Attila Valter, del FDJ, para ser el nuevo líder. Remco y Egan subieron al podio de la clasificación general a 11 y 16 segundos del líder.
El Giro vuelve mañana al valle. La séptima etapa será llana. Serán 181 kilómetros entre Nataresco y Termoli. Se viajará por la costa adriática. Los últimos 3 kilómetros son ligeramente ascendentes. Se espera una nueva cita de los esprinters… pero es ciclismo. Cualquier cosa puede pasar.