Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Giro 2021 – Etapa 19: Yates ganó entre santuarios y lagos

En la llanura Padana, entre las regiones de Piamonte y Lombardía, hay siete lagos, nueve montes sagrados y numerosas estaciones de esquí. De un lado está Italia y del otro Suiza. La antepenúltima etapa del Giro se disputó en esta zona, con un recorrido que fue modificado desde el inicio de la semana por el lamentable accidente de la cabina del teleférico en Mattarone, por donde iba a pasar la carrera.  Hoy se rindió homenaje a las 14 personas fallecidas allí y por decisión de la Asociación de Ciclistas Profesionales el dinero de la premiación de la jornada se destinó a las víctimas. Día intenso de principio a fin. Simon Yates reclamó la victoria en Alpe Di Mera y Egan Bernal se aferró a su equipo para defender la camiseta rosa.

La montaña de hoy apareció in crescendo. Había un premio de cuarta categoría en Gignese, en el kilómetro 83; uno de tercera en el Passo Della Colma, en el kilómetro 127; y uno de primera categoría en la llegada a Alpe Di Mera, en el kilómetro 166. Esa ascensión conclusiva era brutal, sobre todo por la dureza de los últimos 3.000 metros. Fue una etapa de montaña con subidas intercaladas. El camino transcurrió entre santuarios encaramados en las montañas y ciudades aristocráticas desarrolladas en la denominada «Belle Époque» a orillas de los lagos Orta, Mggiore, Mergozzo, Varese, Monate, Comabbio y Biandronno.  No hubo descanso en ningún terrero. El promedio de velocidad fue de 41 kilómetros para los 166 kilómetros, el más alto en las etapas con ascensos.

Tuvo que pasar más de una hora de carrera para que se armara la fuga. Apenas seis aventureros pudieron colarse en la escapada justo cuando se acercaban al Sacro Monte di Orta, uno de los nueve montes sagrados alpinos en la región de Piamonte. Lo particular de este complejo devocional es que está en la Basílica de San Giulio, en una pequeña isla, a 400 metros de a orilla del lago. Lo peculiar de la fuga es que no incluía grandes escaladores que hicieran pensar en un candidato a subir el último puerto con holgura. Precisamente los alcanzaron antes de comenzar la subida a la meta, luego de un trabajo de aproximación en el que aportaron el Deceuninck y el Bike Exchange. En ese ejercicio, el Ineos se llevó un susto grande. El grupo se partió en dos y Daniel Martínez quedó en el segundo con dos compañeros que lo regresaron 10 kilómetros después al lado de Egan Bernal. Con trabajo en equipo salieron del impase.

La subida final comenzaba en otro santuario. Allí, en el Sacro Monte di Varallo, en 1491, fue quemado vivo Dolcino Da Novara, un controvertido predicador a quien acusaron de hereje. En ese mismo punto, comenzó la lucha entre los hombres de clasificación general.  Joao Almeida fue el primero en atacar. Después lo hizo Simon Yates. El británico programó un ataque largo, superó al portugués y se tragó ocho kilómetros en solitario. También atacaron Carusso, Carthy y Vlasov. Egan corrió a la defensiva, tuvo en Castroviejo y Daniel Martínez dos apoyos fundamentales que mantuvieron a Yates en un margen corto y que cerraron el hueco que abrieron los demás atacantes. Los últimos dos kilómetros fueron de peregrinación. Quedaron los jefes de filas de poder a poder, el británico mantuvo su paso y el colombiano no perdió la calma, ni siquiera cuando Almeida lo adelantó. Uno a uno, con diferencias cortas, cruzaron la línea de meta en procesión: Yates, Almeida, Bernal, Caruso, Vlasov, Martin y Martinez.

Al Giro le quedan dos días: una etapa de alta montaña y una contrarreloj. Egan es líder por 2’29» sobre Caruso y 2’49» sobre Yates. La lucha por el título se concentra en los tres. Mañana serán tres premios de montaña encadenados. Los dos primeros por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y son más largos y más inclinados que el que está en la meta en Alpe Motta. Día muy difícil, para gastar las energías que quedan y para no perder los ahorros que se tienen. Si se da lo último, habrá que rezar.

 

Comentarios