El Giro de Italia partió frente a la tumba de Dante en Ravena, cruzó cerca a la cuna de Virgilio en Mantua y tuvo su meta en la ciudad que usó Shakespeare para ambientar la tragedia de Romeo y Julieta. Etapa literaria. La trama fue absolutamente plana y cerró con un final feliz para el italiano Nizzolo. La jornada se resume en una fuga corta en contenido y larga en extensión, que sería absorbida en las calles de Verona para que los equipos de los más veloces definieran entre ellos. Día con libreto rígido.
A los eternos fugados Simon Pellaud del Androni y Umberto Marengo del Bardiani se les sumó Samuele Rivi del Eolo. Ni tragedia ni comedia ni epopeya, para ellos fue la misma historia simple de sacrificio que protagonizaron en otras cuatro etapas. Se fueron de aventura cuando se bajó la bandera, se repartieron los principales puntos del primer esprint y las bonificaciones del segundo, y se diluyeron a 7 kilómetros de la meta, cuando el grupo decidió caducarles la licencia para ir adelante. La lucha por las puntuaciones menores en el primer sprint entre los aspirantes a la maglia ciclamino fue una nota a pie de página en el capítulo de hoy. En ese punto, Gaviria superó a Cimolai, a Molano y a Sagan.
El día estaba pensado para los velocistas, pero con ausencias notables que ya abandonaron la carrera. Caleb Ewan, ganador de las etapas 5 y 7 se bajó en la octava jornada; y el vencedor del segundo día Tim Merlier abandonó en la etapa del sterrato. Ayer fueron 212 kilómetros por carreteras onduladas, hoy fueron 198 por las llanuras de Ferrara a orillas del Río Po. Gran parte del recorrido siguió el libro de ruta de la Italia medieval que describe Dante en la Divina Comedia. Se transitó por carreteras rectas y anchas, no hubo viento, no llovió y tampoco hubo un sol fuerte, y las mayores dificultades fueron las rotondas, las isletas y el mobiliario urbano en el paso por las ciudades.
El climax de la etapa llegó al final, en Verona. El Giro salió hoy de Ravena y subió hacia el Norte. Pasó por Glorie, Lavezzola, Argenta y Ferrara, donde se disputó el primer esprint. Siguió por la llanura, tuvo el esprint bonificable en Bagnolo San Vito, y luego pasó por Ostiglia, Cerese y Mantua, la pequeña villa en la que nació Publio Virgilio, el autor de La Eneida. En el tramo final cruzó por Castelbleforte y llegó a la Piazza Dei Signori en la llamada «ciudad veneciana sobre el río». La jornada 13 fue de mala suerte para Fernando Gaviria, que cuando se dispuso a rematar perdió su sillín y no tuvo punto de apoyo para el embate final. El final feliz tuvo como protagonista a Giacomo Nizzolo. El italiano, que acumulaba varios segundos lugares, pudo celebrar su primera victoria en una grande. La de este año es su octava presencia en el Giro.
La etapa de hoy ya es historia; la de mañana está por escribirse. Será tragedia para los que no suben bien, pues la llegada es en el Zoncolán, uno de los puertos míticos de la carrera italiana. Será epopeya para quien se atreva a atacar largo… si consigue la victoria. No habrá comedia. Es el turno para escribir historias de alta montaña.