El Giro de Italia recorrió hoy a la región de Trento. El día postdescanso en las Dolomitas concentró sus emociones en los dos premios de montaña de primera categoría encadenados al final de los 193 kilómetros. Trento es una región de castillos, viñedos, huertos, macizos, santuarios, idioma propio e historias. Allí, por ejemplo, hicieron un concilio ecuménico en el siglo XVI para tratar de armonizar a católicos con protestantes. Duró 18 años y a final firmaron una contrarreforma a favor de los primeros. En esta misma tierra se corrió hoy la etapa número 17. Cuando todo pintaba para una jornada con lluvia, con neutralización de la fuga del día y con un nuevo movimiento del líder Egan Bernal, apareció el calor, Dan Martin aguantó adelante para la victoria de etapa y el colombiano tuvo un día de crisis.
La jornada comenzó en Conazei. La fuga se demoró en armarse. El recorrido atravesó valles alpinos, glaciares, lagos y montañas. Eran casi 80 kilómetros en descenso, interrumpidos en la mitad por un premio de montaña de tercera categoría. Allí pasaron por delante los 19 aventureros entre los que estaban el irlandés Dan Martin del Israel Star-Up Nation y el italiano Gianni Moscon, del Ineos. El equipo del líder metió un hombre adelante para no tener que trabajar mucho en el grupo principal. El sprint intermedio estaba en la ciudad que lleva el mismo nombre de la región y es su capital. Allí en Trento, a finales del siglo XIX, juzgaban y ejecutaban a los patriotas irredentistas que luchaban para que las partes italianas del Imperio Austria-Húngaro se independizaran y se unieran con Italia.
El primero de los dos premios de montaña de cierre era el Passo de San Valentin, casi 16 kilómetros al 7,1%. Sirvió para seleccionar adelante y atrás. En la fuga sobrevivieron tres de los 21. En el grupo, el Bike Exchange se puso al frente y depuró el colectivo para que su jefe de filas, Simon Yates entrara en acción. En el descenso, una caída en la parte posterior hizo un filtro adicional. Entre los damnificados estuvieron Giulio Ciccone y Remco Evenepoel, que se estrelló contra una baranda. El joven belga terminó la etapa pero no finalizará el Giro. Optó por retirarse. Sacrificados en Trento. Es tan particular esta región que tiene su propio idioma: el ladino. Se trata de una lengua retrorromántica que es oficial en la región y que tiene herencia alemana y austriaca.
La última subida, rumbo a Sega Di Ala, es llamada «el Mortirolo del Lago De Garda», por la dureza de sus rampas y la cercanía al estanque glaciar. Esos 10 kilómetros estaba reservados para la lucha de capos. Joao Almeida saltó del grupo. Simon Yates saltó para ir por él. Egan se fue tras el británico, y con él saltó Daniel Martínez. Ninguno pudo alcanzar a Dan Martin que levantó los brazos tras cruzar la línea. Egan entró en crisis, pero Martínez le echó una mano. Le habló, lo esperó, le gritó y lo acompañó. La tarea del gregario matizó la pérdida de tiempo. Pudo ser peor. Almedia cruzó en el segundo puesto y Yates fue tercero. El cronómetro le marcó una renta a 53 segundos frente Bernal y el puestómetro lo ubicó en el tercer lugar de la clasificación general a 3’23». El segundo en esta tabla, Damiano Carusso, corrió a la expectativa, y al final rescató 3 segundo a su favor. El italiano es segundo a 2’21».
La historia de hoy en Trento tiene letras de drama, porque Egan por primera vez en el Giro mostró una debilidad. También tiene párrafos de oda, para Daniel Martínez, que se sacrificó por su compañero de equipo y le ayudó a salir en su momento de duda. El Giro está abierto. Faltan 4 etapas. La de mañana tiene 231 kilómetros. es la más larga de todas. También es la más plana. Va de Roveretto a Stradella por todo el Valle del Po de Norte a Sur. Ya no se hablará ladino, tampoco habrá montañas, pero seguramente habrá historias para contar.