El Giro de Italia llegó hoy a Madonna di Campiglio. Este paraje alpino es uno de los mayores referentes del esquí alpino. También es una población tristemente célebre en el ciclismo porque en ella se fue al infierno Marco Pantani en el Giro de 1999. La carrera italiana del 2020 está en su semana final. Se esperaba una jornada con fuegos artificiales entre los hombres de clasificación general, pero todos llegaron juntos. La etapa 17 terminó con la misma foto de la clasificación general con la que arrancó. Una jornada más para que brillara la fuga, una menos para quitarle la camiseta rosa a Joao Almeida.
La etapa 17 se paseó por las Dolomitas de Brenta, una cadena montañosa al noroeste de Trento llena de cascadas, glaciares, agujas rocosas y pequeños lagos. Los 203 kilómetros de hoy salieron del corazón de Veneto e incluían de entrada dos premios de montaña de primera categoría, cada uno con más de 20 kilómetros subiendo. Al final, después de una zona de tránsito, había un premio de tercera y la llegada era en un puerto de primera con 12,5 kilómetros sin descanso. La altimetría hizo suponer que habría múltiples ataques al líder. La carrera no dejó ver sino uno. La verdadera batalla se dio entre los 19 hombres de la fuga. Rubén Guerreiro recuperó la camiseta de mejor escalador, Thomas de Gendt fue el más combativo y el australiano Ben O’Connor, segundo ayer en la meta, hoy pudo levantar los brazos como ganador.
El Giro de este año tiene 21 etapas, hoy fue la 17 y llegó a Madonna di Campligio. El Giro de 1999 tenía 22, la número 20 llegó a esta misma ciudad. La etapa la ganó Marco Pantani, que también había ganado el día anterior en Alpe di Pampeago. En la estación de esquí dejó el Giro sentenciado, con Savoldelli a casi 6 minutos. La etapa del día siguiente salía de la misma ciudad. En la mañana le tomaron una muestra de sangre para mirar los niveles de hematocritos. Antes de partir la etapa 21 la UCI sacó un boletín médico informando que «El Pirata» no era apto para tomar la salida. Había ganado en Giro y el Tour en 1998. En esa población turística comenzó su declive. Ese día empezó su infierno.
21 años después el Giro volvió a Madonna di Campligio. Esta vez no hubo llamas ni expulsados por resultados médicos; ni siquiera por Covid. Tampoco hubo una gran batalla en el ascenso. El único que lanzó un ataque fue el joven Jan Hindley, pero su compañero de equipo Wilko Kelderman salió a buscar su rueda y lo neutralizó. Los del Top 10 de la clasificación general llegaron juntos. Las diferencias de cara a la etapa 18 son las mismas.
Hoy se conoció que en la etapa 20 el Giro no podrá pasar por Briançon. El Ayuntamiento de esta población anunció que por condiciones climáticas adversas, la carrera no podrá recorrer la zona, lo que implica cancelar el paso por el Col de lzoard y probablemente ni siquiera pueda usar el Colle dell’Agnello. Así las cosas, la única etapa de alta montaña que podría quedar es la de mañana con el paso del Stelvio, premio fuera de categoría, como gran atractivo. Almeida sabe que si mañana defiende su camiseta rosa ya será muy difícil que se la quiten.
Entre tanto, en España se corrió la segunda etapa de la Vuelta. La primera parte fue llana por vías paralelas a las riberas del Ebro. En el cierre, El Alto de San Miguel, a 17 kilómetros de la meta sirvió para seleccionar totalmente el grupo, gracias al paso impuesto por el Movistar. Marc Soler no solo marcó el fuerte paso subiendo, sino que atacó en el descenso hacia la meta y se quedó con la victoria. El líder Primoz Roglic ganó el esprint del selecto grupo y sumó seis segundos de bonificación. La tercera etapa, mañana, también tiene montaña. La llegada es la Laguna Negra de Vinuesa.