Deporte Imperfecto

Publicado el William Perilla / @WilliPerilla

¿Por qué le cambiaron el nombre?

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Sin descaro. La secretaría de Cultura de Bogotá lanzó hace más o menos dos meses en su portal web, una votación donde los visitantes elegirían el nuevo nombre de la biblioteca especializada en deporte ubicada en el estadio El Campín.

Muchos nombres fueron publicados. Entre ellos estaban deportistas no bogotanos, caso Falcao García, Nairo Quintana, Mariana Pajón, María Isabel Urrutia, etc. Pero también había nombres emblemáticos del fútbol colombiano, Alfonso Cañón y Ernesto Díaz estaban en la lista.

Al final, en junio pasado se publicó que el ganador a tan semejante honor era el exfutbolista Alfonso Cañón, ídolo y emblema de Santa Fe, fue el que guió al equipo a la sexta estrella y además está en los libros dorados del fútbol colombiano como uno de los mejores jugadores de toda la historia.

En redes sociales, la hinchada y el entorno santafereño crearon una enorme campaña para que se votara por el jugador. Juiciosos, todos los seguidores de Santa fe hicieron caso omiso al llamado y al final  los resultados se vieron, ganó Cañón.

Pero el festejo no duró mucho, ya que la Secretaría no respetó al ganador y con toda la autonomía del caso le cambió el nombre a la biblioteca. Pasó de llamarse ‘Biblioteca Pública Deportiva Alfonso Cañón’ a ‘Biblioteca Pública Deportiva El Campín’.

Tras esto, la indignación y la polémica se armaron, las redes se convirtieron en un mar de rabia y bulling en contra de la entidad distrital y en especial por parte de los hinchas santafereños.

Como sí nada. A la Secretaría de Cultura no le importaron las quejas ni la indignación. En respuesta al cambio de nombre y el irrespeto por el ganador, se apoyaron en un decreto. «…Prohibir en adelante la designación, con el nombre de personas vivas, de las divisiones generales del territorio nacional, los bienes de uso público y los sitios u obras pertenecientes a la Nación, los Departamentos, Distritos, Municipios o a entidades oficiales o semioficiales».

Eso está bien, pero siguen quedando mal ya que en el mismo Decreto hay un parágrafo que hace legal la designación del nombre, pero lo ignoraron.

«Parágrafo Único. Las autoridades antes indicadas podrán designar con el nombre de personas vivas los bienes de uso público a petición de la comunidad y siempre que la persona epónima haya prestado servicios a la Nación que ameriten tal designación.»

Según la ley, todo está perfecto, lo que quiere decir que fue por simple autonomía y poder que reemplazaron el nombre. Hasta el momento no he visto que esta historia la cuenten en KienyKe.com o Las2Orillas.com. Mucho menos se ve cubrimiento de la gran prensa a tan semejante hecho que da risa y es ridículo por parte de la entidad pública.

¿La hinchada de Millonarios tiene algo que ver? ¿Se aguantarían los de Millos que la biblioteca del deporte de Bogotá lleve el nombre de un emblema de su rival? No sé, tal vez. El caso es que la Secretaría de Cultura quedó mal, le faltó moral e irrespetó a los votantes y por supuesto al ganador. Le cambiaron el nombre y ya. ¡Qué falta de respeto!

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