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Suplente por titular

Antes, cuando el fútbol parecía más sencillo, el portero suplente solía reemplazar al titular. Nadie quería que sucediera, pero en caso tal, la ecuación se resolvía sola: suplente por titular. Fin del tema. Era un cambio cantado para el técnico, los aficionados y, lógicamente, para los arqueros en cuestión.

Así lo fue, por lo menos para mí, hasta que apareció Camilo Vargas, un arquero tan bueno como para ser llamado durante seis años – y dos mundiales- a la Selección Colombia en condición de sustituto, pero tan poco fiable como para no ponerlo cuando se necesitaba justamente uno para David Ospina. Las estadísticas y el tiempo ofrecen un dato cruel para Vargas: en promedio ataja un partido cada año.

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Su escasa participación –muy baja hasta para un suplente- es difícil de entender. A Falta de Ospina, los técnicos –primero Pékerman y ahora Queiroz- han buscado seguridad en las manos de arqueros como Cuadrado, Castellanos, Zapata, Arboleda, Montero… Mientras tanto Vargas ha tenido que convivir con el hecho de ser un suplente que no ejerce.

Se dice –cual si fuera un secreto- que Queiroz, como el 99 por ciento de los técnicos que han dirigido o dirigen en Europa, buscan altura en el arco. Esa es la explicación más fácil para tratar de entender por qué Vargas (1,84 m.) se quedó en el banquillo frente a Paraguay en la Copa América en favor de Montero (1,99 m.), recién convocado a la Selección.

En Europa, una de las preocupaciones de los clubes con solvencia económica es contar con dos porteros de un nivel similar. El titular suele atajar en la liga local y los torneos internacionales, y el suplente en la copa. En Colombia y en general en Suramérica, los equipos pueden permitirse un arquero principal y uno –menos fogueado- como alternativa.

En selecciones, la titularidad se otorga en virtud de la trayectoria y actualidad. Ospina es el de más trayectoria internacional –es el único en Europa, un factor definitivo- y con la Selección, mientras entre Vargas y Montero, de similar rendimiento en el fútbol colombiano, se diferencian por la mayor trayectoria del primero y la mayor altura del segundo.

Mientras Ospina sea el único portero en Europa será el dueño del arco de Colombia sin discusión, y Vargas, entre tanto, seguirá jugando al suplente que no ejerce. Cuando el fútbol parecía más sencillo…

En Twitter: @ivagut

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