Hablando de fútbol los colombianos nos creemos argentinos. Imaginamos tener un Messi en James. Y la verdad es una muy diferente: ni James es Messi ni nosotros, argentinos…
El sábado pasado, mientras esperaba la comida, me puse a ver Everton contra Burnley, en la Liga Premier. En ambos equipos alineaba un tal J. Rodríguez con el número 19 en la camiseta. Uno -el de Everton- era el colombiano James. El otro, el del Burnley, era un inglés de familia española, Jay. Con ellos en la cancha fue como si cada equipo jugara el partido con 10 futbolistas. Ambos muy flojitos.
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Días antes había leído que Carlo Ancelotti, DT del club donde además de James también juega Yerry Mina, decía sobre el volante cucuteño: “Si le pido que corra los 90 minutos para arriba y para abajo no lo va a hacer”. Pero es que, en ese partido contra Burnley, no corrió ni para arriba ni para abajo ni para un lado ni para el otro. Tanto así que en una jugada el rival le quitó la pelota y ni se molestó en tratar de recuperarla…
Los ‘jamecianos’ –si en Argentina hay ‘maradonianos’ acá no podemos ser menos-, dirán, como dice el propio Ancelotti, que James no está para eso de correr por allí y por acá, que esas labores son muy rudimentarias, que son muy comunes y corrientes. Que los talentosos no necesitan correr. Que, al fin y al cabo, hasta el árbitro corre.
Nuestro Messi está para mejores cosas: “Si le pido tener buena posesión de pelota, meter buenos pases, hacer goles, va a estar disponible para hacerlo”, agregó el bueno de Carlo sobre la misión de James. Pero la verdad vuelve a ser otra: contra Burnley, por ejemplo, ni tuvo la pelota, ni metió buenos pases ni marcó goles. Lo cierto es que recibía el balón a tres metros y la entregaba a dos, y hasta un par de veces lo mandó fuera de la cancha tratando de hacer un pase de un metro.
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Finalmente, el juego terminó 1-1. Jay fue sustituido en el minuto 75. James estuvo los 90. Ambos Rodríguez no pasaron de ser una anécdota.
Sobre la comida puedo confirmar que las alitas BBQ estaban como me lo aseguró el cocinero: crocantes por fuera, carnosas por dentro y con la salsa picante al punto. Estoy casi seguro que, en vida, el pollo corría más que James.
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Iván Gutiérrez
Periodista. Master en Dirección de Comunicación e Imagen Corporativa. Experiencia en El Tiempo, Marca, Coldeportes, Gol Caracol…