El domingo 30 de enero, desde las 2 de la tarde, los integrantes del colectivo artístico musical UPER, Unidos Por El Rock, celebraron su primer aniversario junto a bandas emergentes, en un carnaval que se extendió casi hasta la media noche, y del que participaron las agrupaciones con diversos subgéneros en compañía de amigos, familia e incluso niños y abuelos que disfrutaron de este evento.

Ese domingo cálido, bajo un sol ardiente, a más de 30 grados de temperatura, el público se congregó con los artistas en el parqueadero de Burger Ozz, en un local ubicado sobre la Avenida Simón Bolivar de Dosquebradas, un municipio vecino de Pereira hasta donde llega el Megabus, muy cerca de Postobón. Alejandro Giraldo, gestor y espíritu de dicho movimiento rockero, presentó las bandas una a una.

Poco a poco se llenó el lugar, cuya entrada costó 5 mil pesos, más 1 kilo de comida para perros o para gatos, que luego donaron a una de las organizaciones protectoras de animales de la ciudad.

Una vez en escena, las bandas tuvieron un tiempo determinado para su actuación, y aunque en muchos casos el público pidió otra canción más, las agrupaciones tocaron una o dos adicionales para conceder ese gusto a sus seguidores, eso sí, sin perder de vista la continuación de la otra banda que esperaba en el backstage, un salón adecuado para que todos ensayaran y se dispusieran antes de subir a la tarima.

Algo por destacar en escenarios de una circulación tan reducida en este momento de pandemia como ocurre en el Eje Cafetero, fue que en esta ocasión, como en pocas en la historia del rock regional, se reunieron los músicos de diversos géneros y generaciones a celebrar el movimiento rockero que no es nuevo en Pereira, una ciudad catalogada como una de las más rockeras de Latinoamérica.
























En la segunda entrega, la historia de este movimiento que tiene raíces en los años 80 y 90, pero que en la pandemia se unió por objetivos comunes.
(Fotografías De Diego Leandro Marín Ossa, para @BlogYoVeo, otro blog de El Espectador.com)