Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

Salir de tu jaula

Por: Anyi Serna Mera.  Divinas Creencias

Hoy, un día soleado divino (les confieso que son mis favoritos) he pensado especialmente en lo mucho que nos olvidamos de nosotras mismas, depositamos todas nuestras expectativas, nuestro amor, nuestra felicidad … en terceros, llámese: hijos, padres, compañero, amigos, trabajo, hogar.

Entregamos todo (es lo que creemos y como hemos sido programadas) esperando que los demás nos devuelvan lo mismo y más.  Creamos dudas, temores, frustraciones, ira, tristeza, miedos y hasta rencores por lo que pensamos debería ser la vida. Nos sentimos desdichadas de solo pensar lo que los demás creen de nosotras, lo cual es una mentira (que también creemos) porque la verdad de cada quien está en el corazón y se revela a quien tiene la valentía de abrir las puertas y ver con los ojos del alma.

Hemos entregado hasta la dicha de vivir plenamente en el amor propio porque pensamos que quienes nos rodean no nos aman (otra creencia arraigada y programada) porque sencillamente esperamos que todo suceda en el exterior, cuando la gran verdad es que todo absolutamente todo yace eternamente en nuestro propio ser.

¿Y cómo no sentirnos desdichadas si todo alrededor parece en contra nuestra? (creencia que somos víctimas de la vida) de nuevo entregamos todo nuestro poder a lo externo que siempre resultará defraudándonos porque esperamos mucho y recibimos migajas.  ¿Alguna vez te ha sucedido?

Seguro que sí y a todas nos pasa y nos sigue pasando porque el poder de nuestra alma que es infinitamente bella, grande y mágica está en manos de terceros, recordemos nuevamente los terceros: (para que no los olvidemos) familia, sociedad, religión, política.

Pero el bendito y grandioso universo siempre se las ingenia con su sabiduría para llevarnos al encuentro bello, fantástico, fascinante y en ocasiones forzoso, al cara a cara con tu amor verdadero: tú !!! y si te pones los lentes oscuros evitando esos encuentros … te aseguro que seguirás repitiendo los mismos ciclos hasta que por fin aprendas y te quites aquellos lentes (nos encantan para permanecer en la zona de confort donde nada pasa, donde nada sucede) re-encontrándote contigo misma, te sorprenderás de lo maravilloso que ves.

En mi experiencia propia pasé muchos años de mi vida con los lentes puestos, echándole la culpa a otros por mis frustraciones, especialmente a mi ex-pareja, pero nada de eso tenía que ver con él, era conmigo misma, me olvidé completamente de mi ser, de mi alma y por consecuencia cerré toda mi consciencia aferrándome a mi «vida perfecta» (lo creía en aquel entonces) no sabía o más bien no quería darme cuenta de que existía una forma de salir de allí, de esa vida que había creado y me la había creído desde el principio, salir de aquel rol que yo misma me impuse porque quería ser la mujer perfecta.

En la magnificencia universal, me encontré (la vida me llevó nuevamente a repetir ciclos) en el punto máximo de mi alma perdida, sin consciencia, olvidada completamente de mí, con 20 kilos más de peso porque comía para satisfacer toda mi amargura que igualmente no lo sabía porque mi ser estaba en piloto automático, con el stress al 100% queriendo desempeñar mis distintos roles de manera impecable (recuerden quería ser la “mujer perfecta”), cumpliendo todos, absolutamente todos “mis deberes” de manera excelente, bueno al menos eso era lo que yo creía por aquellos tiempos.

Recuerdo salir afanada y casi siempre de mal genio de la casa porque casi nunca me alcanzaba el tiempo, no lograba descansar lo suficiente, lo sentía en mi cuerpo, en mi mente y en mi espíritu; Mi cuerpo me hablaba constantemente, puedo decir que diariamente con migrañas para lo cual tomaba muchos analgésicos, mareos porque tenía el colesterol demasiado alto, literalmente eludía mi realidad porque la mujer perfecta no podía jamás enfermar, ¿porque quien me reemplazaría en todas mis actividades? era la pregunta insistente en mi cabeza.

Viví en una jaula de oro donde nada de lo material me hacía falta, pero carecía de todo mi ser, ¡creo que mi espíritu y mi esencia volaban alrededor mío queriendo volver a entrar en mi cuerpo físico y yo cada vez me alejaba más de mí misma! Así pasaron varios años y las cosas se ponían peor, porque el miedo se apoderaba de mi cuando trataba de tomar decisiones, y volvía al mismo circulo repitiéndolo una y otra vez y cada vez con mayor dolor, frustración y angustia.

Me aferré a mi fe en Dios (fue la primera decisión que tomé), con unas bellísimas amigas, las cuales llevo infinitamente en mi corazón, conformamos un grupo de aprendizaje; las cosas van llegando cuando tomas decisiones.  Este grupo me fue fortaleciendo espiritualmente, también logré el sueño de muchos, muchos años de traer el resto de mi familia a vivir a mi ciudad, pues vivíamos separados desde que me casé, con estos sucesos empecé un leve despertar del letargo en el que permanecía.

Sin embargo, el Universo silencioso e infinitamente sabio estaba orquestando un episodio que llegaría a mi vida para despertarme -me revolcó completamente-.

Hoy lo recuerdo como magia Divina* sin rencores, sin odio, sin amargura: vivir desde la experiencia del amor, haciéndome responsable de mí misma, aprendiendo, aceptando y valorando la divinidad que llevo dentro; Hoy por hoy agradezco eternamente cada día  por despertar, por tener a mi lado dos ángeles maravillosos: mis hijos (humano y perruno), por la paz, la tranquilidad de mí espíritu y claro también por haber sido capaz de bajar de peso de manera natural, acomodando el interior se mejoró el exterior.

Mi camino continúa, así como el tuyo, la vida es reaprender lo que hemos olvidado, la sabiduría es innata a nuestro ser, cada día es una nueva oportunidad de crecer, amar, empoderar, de ser feliz … todo el universo fluye dentro de cada una, abrirnos a la Divinidad nos trae el mejor de los regalos: aceptar nuestro amor propio.

Te invito a salir de tu jaula, a que te quites los lentes de sol para que tu corazón se expanda, acepte, aclare y fluya con la vida misma … con la energía universal, empodérate de tu vida, toma la decisión cada día, cada instante, cada momento y el universo danzará contigo infinitamente.

Abrazos llenos de luz.

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