Esto es el presente. Tal vez el verano, el maravilloso ventarrón que cruza los árboles y entra por la ventana y que parece devolvernos las posibilidades.
A lo mejor los poderosos rayos del sol imponente que se erige sobre el más puro azul del cielo…tal vez nada, tal vez todo.
Hoy fuimos sólo hoy. Trascender las preguntas y la incertidumbre para vivir y disfrutar.
Lo hicimos en una comodidad tan natural. Tasamos en la justa medida, las palabras que sin pensar se desbordan.
“Entonces este es el presente” dijiste con la más linda sonrisa que he visto en mi vida, así de simple, así de real: este es el presente, el mismo del que no pienso volver a salir. Me he instalado en él y en él te recibiré cuando quieras visitarme, cuando quieras encontrarme.
Aquí he descubierto la magia de un día. Aquí me asombro y disfruto los detalles que me rodean. Tengo además un espacio enorme que puedo compartir contigo, en el que habita la bicicleta de mis recuerdos felices, sin que quiera ya subir en ella.
Está parqueada junto al estante donde he puesto mis planes, proyectos y sueños, muy a la vista, para que no se me olvide que sólo dependen de lo que hago hoy.
Infinitamente feliz fue mi hoy, nuestro hoy. Solo eso basta.
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