Por: Mary Ramírez
En un pequeño espacio, árido, vacío, incoloro y silencioso
yacen palabras sueltas que un día como recital pronunciaste.
Carentes de lógica, de significado puro, carentes de verdad y ocultas por tu imagen.
Aquí yacen recuerdos, se van. Oscuridad que las esconden, pasado que las retienen.
Inquieta noche de melodías, sin ti, pero conmigo.
Arreboles que aún existen, traen cargada la noche, ésta, mi noche.
Soledad que se avecina, gustosa ha de llegar.
Y con paciencia he de esperar.
¿Esperar? ¿Para qué? Continuar, tal vez.
Saldrá nuevamente el sol, ¿quemará o calentará?
Día, tarde, noche, noche, noche, cuán larga eres, noche.
Yacen entonces mis palabras también, mueren junto a ti
Y, ¡quién lo diría! Ahora soy un poco más feliz
Una noche, dos noches, tres noches. Hasta ahí.
En la novena noche, ya por acá no existías para mí.
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