Liarte: diálogo sobre arte

Publicado el Lilian Contreras Fajardo

Emma Reyes, de la serie de TV a la subasta de Bogotá Auctions

No sabía quién era Emma Reyes hasta hace muy poco. Nunca había leído de ella, nunca la estudié en clase y si alguna vez vi una de sus obras, no lo recuerdo.

Pero, afortunadamente, hace poco gracias a mi vinculación con RTVC Sistema de Medios Públicos tuve que estar pendiente de los productos de Señal Colombia nominados al Premio India Catalina 2022, y entre esos estaba “Emma Reyes, tras la huella de la infancia”.

Leí el archivo que había sobre esta serie, que a propósito se puede ver en RTVCPlay, y me enteré que esta artista es considerada por muchos como la Frida Kahlo colombiana. Al principio me sorprendió leer esta afirmación, pero luego recordé que en este país las mujeres han sido invisibilizadas y pensé que en la maestría sólo un profesor mostraba el trabajo de mujeres.

No sé si les ha pasado que cuando se interesan por un producto determinado empiezan a ver ese producto por todo lado; pues así me pasó con Emma Reyes.

Empecé a ver la serie de televisión que ganó el India Catalina a mejor novela, todo un orgullo para RTVC, y también me salió en Instagram un post del Banco de la República, en la serie de publicaciones “El museo de las mujeres”, en el que dice que Emma Reyes “pasó por un sinnúmero de facetas y tendencias a lo largo de su vida; de pintar paisajes a dibujar monstruos, de ahí a retratar personas, en su mayoría con rasgos indígenas, para luego pasar a realizar collages inspirados en el folclor y los objetos de uso cotidiano; siempre con un tema central: el destino. Cada uno de sus monstruos, bestias y hombres que retrata está subordinado al irremediable devenir de los acontecimientos de la vida misma”.

La serie “Emma Reyes, tras la huella de la infancia” narra cómo Emma y su hermana nacieron y se criaron los primeros años de la década de los 20 en una casa humilde de Bogotá, que trabajaban en las tareas del hogar bajo la supervisión de su madre, María, una mujer soltera y muy hermosa que, acosada por la pobreza, buscó el amparo de hombres fuertes y ricos.

Las decisiones de María no fueron del todo buenas para Emma y su hermana Helena; fueron abandonadas en una estación de ferrocarril y llevadas por las autoridades municipales y eclesiásticas a un convento de monjas en Bogotá.

El interés por Emma Reyes surgió a partir de la publicación en 2012 del libro “Memorias por correspondencia” que recopila la vida de la artista de acuerdo con 23 cartas que ella misma le escribió a su amigo Germán Arciniegas. Un año después el periodista cultural y experto en arte Diego Garzón escribió la crónica “¿Qué pasó con Emma Reyes?”.

La serie de Señal Colombia no está inspirada en el libro, sino en un proceso investigativo propio, y al final lo bonito es poder conocer a esta artista colombiana y su trabajo.

Por ejemplo, el Banco de la República tiene en su colección 97 obras que pueden explorarse en este link www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte, solo hay que poner en el buscador Emma Reyes y arroja toda la selección. Hay nueve páginas para navegar, así que la distracción está chévere.

Y finalmente, el otro descubrimiento es que la obra de Emma Reyes llega a Bogotá Auctions y hace parte de las obras que salen a subasta este 7 de abril en “Arte colombiano y latinoamericano moderno y contemporáneo”, de obras del siglo XIX y las primeras dos décadas del siglo XXI.

En esta subasta hay dos obras de la artista: una se llama “Hojas”, técnica mixta sobre papel con fecha de 1969, y la otra es “Flor”, un vinilo sobre cartón de 1992. Estas obras tienen un precio de salida de $2.000.000 y $2.500.000.

Este mes, por el Día de la Mujer, la cuenta de Instagram de los museos del Banco de la República (@museosbanrep) lidera la iniciativa “El museo de las mujeres” con el fin de visibilizar y reflexionar sobre la obra de artistas colombianas.

Como contexto, recuerdan que en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899 los trabajos de las mujeres –en su mayoría bordados y pinturas- no hicieron parte de muestra, sino que hicieron parte de un espacio llamado “Señoras y señoritas”, a pesar de que en dicha exposición participaron 41 hombres y 66 mujeres.

“‘No eran verdaderas artistas’, ‘las mujeres no saben pintar’ o ‘los estudios de arte son para los hombres’ fueron algunas de las afirmaciones que durante el siglo XIX que se quedaron en la mente de los ciudadanos y gestores culturales, por lo que aún hoy en día la presencia y exhibición de obra femenina sigue siendo menor en todos los museos del mundo”, recuerda el Museo.

Nunca es tarde para mirar en retrospectiva y darle una segunda oportunidad a la historia, y en ese sentido, me encanta cómo el audiovisual nos permite conocer o recordar personalidades o realidades que nunca fueron reconocidas o que se olvidaron en el día a día. Bienvenida Emma Reyes a esta segunda vida.

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