
Por: Carlos Mario Vallejo
“Creemos que está bien tener sexo con todo el mundo a quien amas y creemos en amar a todo el mundo”. Amparadas en esta afirmación de una joven hippie en los Estados Unidos de 1967, dos años antes de los disturbios de Stonewall de 1969 que daban mármol al movimiento de liberación gay y continuaban el de la liberación sexual, clamorosas del famoso “hagamos el amor y no la guerra”, este nuevo puñado de citas fulgen como una cordial dinamita de los valores culturales dominantes.
La promiscuidad ética, escriben Dossie Easton y Janet Hardy, es una casa con muchas habitaciones. “Da cobijo a todo el mundo, desde célibes felices a fans de las orgías y mucho más”. Leamos.
- “Un encuentro sexual entre dos mujeres rara vez incluye la expectativa de un orgasmo simultáneo, como mucha gente cree que debe provocar el coito pene vagina, por lo que las mujeres se han convertido en expertas en turnarse. Las lesbianas son expertas de primera categoría en la sensualidad y las relaciones sexuales sin penetración, esas maravillosas formas de sexualidad que no se basan en la penetración con el pene”.
- “Los hombres gay se fían mucho de su mutua capacidad para decir no, y de que eso es lo que quieren decir cuando lo dicen. Esto hace muy sencillo coquetear, puesto que nunca intentas acercarte por sorpresa y no tienes por qué ser sutil. Se acepta siempre el preguntar igual que se acepta que la otra persona diga no. Esta manera admirablemente directa y simple de aproximarse al consenso no podría ser más recomendable”.
- “Mientras que algunos hombres gay están realmente interesados en relaciones a largo plazo y en sentar la cabeza, muchos han batido récords como promiscuos de primera categoría. Las saunas gay son el máximo referente en ambientes acondicionados para el sexo en grupo y los contactos sexuales fáciles”.
- “A menudo estigmatizadas como «homosexuales incapaces de renunciar a las ventajas heterosexuales» o «heteros explorando su lado salvaje», recientemente las personas bisexuales han comenzado a desarrollar una convincente voz propia y sus propias comunidades”.
- “Hay personas bisexuales que prefieren un tipo de interacción con los hombres y otro con las mujeres, mientras que hay otras que no se fijan en el género. Unas pueden ser sexuales con ambos sexos pero románticas sólo con uno, o viceversa. Y lo mismo a través de todo el espectro de atracciones y elecciones bisexuales. Las personas bisexuales cuestionan muchas de nuestras suposiciones sobre el género, y muchas de ellas te pueden contar la diferencia entre el sexo con una mujer y el sexo con un hombre. Esta información tan interesante y privilegiada nos puede aportar a todo el mundo nuevas historias sobre sexo y género”.
- “Aunque la bisexualidad femenina es relativamente común, la bisexualidad masculina está mal vista”.
- “Personas que han vivido partes de su vida en ambos géneros, psicológica y culturalmente, tienen mucho que enseñarnos sobre qué cambia respecto a las hormonas y qué no, y qué características del género se mantienen como algo que se elige voluntariamente sin importar lo . que diga el sistema endocrino”.
- “Forzosamente, las personas transgénero se convierten en expertas en vivir en un mundo muy hostil. Hay que ser una persona con ideas muy claras para enfrentarse a la rigidez de nuestra cultura sobre «hombres de verdad» y «mujeres de verdad». No hay otra minoría sexual con más probabilidades de sufrir las agresiones contra personas LGBT”.
- “No imagines que esas conexiones entre profesional del sexo y cliente son necesariamente frías, impersonales o degradantes, o que sólo las personas fracasadas frecuentan la prostitución”.
- “Muchas de las relaciones cliente/profesional del sexo se convierten en fuentes de una enorme conexión, calidez y cariño para las dos partes, y duran muchos años. Las personas que practican la profesión más antigua del mundo nos ofrecen la sabiduría de una historia de comprensión, aceptación y satisfacción de nuestros deseos”.