Corazón de Pantaleón

Publicado el ricardobada

In memóriam Manfred Blaeser

Hoy será enterrado en el Cementerio del Sur, de Colonia, mi amigo Manfred Blaeser, a quien le dediqué un post de este mismo blog hace cuatro años y 22 días :

https://blogs.elespectador.com/ricardobada/2011/02/02/los-tesoros-de-manfred-blaeser/

De su libro, A la busca de las cosas del ayer, y en homenaje a su memoria y a la amistad que nos unió, deseo traducir la segunda estampa del capítulo que se titula “Con cordiales saludos”, donde habla de su colección de manuscritos y autógrafos :

«Ricardo vino a visitarme y le enseñé Buddenbrooks con una dedicatoria autógrafa de Thomas Mann. Él, apasionado amigo de la Literatura, estaba muy entusiasmado y también impresionado. Poco tiempo después me ofreció conseguirme ejemplares dedicados, sobre todo de autores españoles y latinoamericanos. Ricardo, redactor de una emisora de radio, viaja mucho. Desde hace años acude a ferias del libro y festivales de cine. Traduce, entrevista, es editor y también autor. Yo no creía entonces que además tuviera buenos contactos con los más grandes escritores. Cuando me entregó el primer libro dedicado por uno de ellos, dedicado autográficamente, no salía de mi asombro. Ricardo no sólo conocía a muchos autores, con frecuencia también era amigo de ellos.

Así que no es un milagro que apenas haya un autor español o latinoamericano que no figure en mi colección. A lo largo de muchos años me fue regalando además cartas escritas a mano y manuscritos de escritores tan importantes como Jorge Amado, Alejo Carpentier, Julio Cortázar y otros. Muchos libros de los que me regaló Ricardo llevaban dedicatorias personales para mí. Empero había un escritor que yo quería tener a toda costa en mi colección y que no había manera de conseguirlo: Gabriel García Márquez.

«Pero un buen día Ricardo me pidió que le entregase un libro de García Márquez de los que yo poseía. Una amiga suya iba a encontrarse en México con él y le llevaría ese libro y una carta de Ricardo. ¡Por fin iba a conseguirlo! Me sentí pletórico de expectativas, pero después no supe nada más del tema. Por aquel tiempo el gran escritor colombiano estaba muy enfermo, así es que pensé que no había esperanzas de tener su libro dedicado y me olvidé del asunto. Pasaron tres años. Y un domingo soleado de primavera repicó mi teléfono. Era Ricardo, anunciándome su visita. Vino y me trajo mi ejemplar de Hundert Jahre Einsamkeit [Cien años de soledad]. Mi alegría fue indescriptible cuando al abrirlo leí la siguiente dedicatoria: “Para Manfred B., del amigo Gabriel”. Al día siguiente me compré una monografía sobre García Márquez, y durante la lectura de su biografía encontré una cita de Heinrich Böll, ¡sacada de una entrevista que le había hecho mi amigo Ricardo!»

Querido Manfred, que la tierra te sea leve, descansa en paz.

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