Tejiendo Naufragios

Publicado el Diego Niño

Coronavirus y el nuevo orden

Después del coronavirus habrá muertos y una recesión económica como no se ha visto en décadas. Pero los muertos no estarán distribuidos homogéneamente, sino que habrá mayor mortalidad en los países con altos índices de corrupción. Nadie podrá negar que la corrupción asesina más personas que la unión de la delincuencia común y la delincuencia organizada. No habrá quién dude que no existe peor asesino que aquel que roba el dinero de un hospital. Esta claridad enardecerá la movilización social (que venía en ascenso).

La crisis económica hablará, a su vez, de la ineficiencia del Neoliberalismo, modelo que les entregó la salud, la educación y los servicios públicos a los comerciantes. Para decirlo en otras palabras, el Neoliberalismo le entregó la responsabilidad del Estado a la mano invisible del mercado. Pero el coronavirus se masturbó con la mano invisible: en dos meses cerró fronteras y el comercio de la mitad de Europa y de Estados Unidos. En dos meses demostró que los comerciantes debilitaron el sistema de salud y marchitaron las investigaciones. Es evidente que los comerciantes sólo piensan en sus propios intereses y que las clínicas y las universidades sólo son útiles si generan rentabilidad. Pero la rentabilidad no está dada en términos de salud o conocimiento, sino de dinero. Si hay dinero no importa que el paciente continúe enfermo el resto de su vida,, que el estudiante sea mal profesional o que no genere conocimiento.

La suma de estos cambios causará profundos cambios en la política y la economía mundial. Asistiremos a una nueva manera de ver el mundo y una nueva manera de hacer política.

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