En la geografía de los idilios sentimentales existe un país denominado Sexo y al lado queda otro llamado Amistad y entre estas dos naciones hay una frontera en donde surge un movimiento de contrabandistas, revolucionarios y pragmáticos que prefirieron vivir en el área limítrofe del corazón; Así evitan el pago de impuestos, navegan de forma libre entre las sabanas y la única ley que se impone es que no hay reglas. A estos nativos se les llama Amigos con derechos y muchas veces son felices, en ocasiones tienen experiencias riesgosas, pero siempre quedan vivos para contarlo.
Hoy en día abundan este tipo de relaciones, si es posible llamarlas así, debido a su naturaleza confusa, pues no sabemos exactamente como están constituidas, sin embargo que tire la primera piedra quien no haya tenido su rollo…Muchas amistades con beneficios nacen por diversión, por una fobia al compromiso, tal vez cuando finaliza una relación o simplemente porque una situación sentimental abierta, se convirtió en el estado ideal.
Es perfecto tener un amigo con derechos, cuando se tiene la plena conciencia del disfrute de buenos instantes, viviendo intensamente y sin enamorarse, pero también es un arma de doble filo, pues no somos de piedra y a cualquiera le puede suceder que sienta cosas más allá por su tinieblo. Y este es el riesgo del que hablo por atreverse a vivir en la frontera.
He conocido pocos casos de encarretes que al final se convirtieron en relaciones más estables, la realidad es que la gran mayoría no van a ninguna parte, en donde el más práctico y menos sentimental de los dos tiene un corazón a base de caucho (Por lo flexible) y se aprovecha de los privilegios de la amistad con derechos, pero olvida que también se tienen deberes hacia la otra persona, siendo uno de los más importantes: El respeto.
El consejo es que no intenten llegar al corazón de nadie, si no tienen intenciones de quedarse allí (No es mía la frase pero quedó al pelo). Es importante que no crucen la línea en la que pueden lastimar. La verdad aunque dolorosa es mejor desde un principio, y expresen con sinceridad sus intenciones (Negras o Transparentes) ya dependerá de la otra persona si acepta o no las condiciones de este tipo de negocios.
Por mi parte, llevo algún tiempo viviendo en el límite de ambos países como una fugitiva, contrabandeando besos, luchando por mi emancipación y evadiendo los altos costos que se pagan en una tierra utópica, que hace muchos años no visito, a la que llaman Amor.
Continuará….
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