Si sumo por aquí y resto por allá, puedo decir que en general tuve un año bueno con grandes satisfacciones y sobre todo importantes lecciones aprendidas. Obvio que viví pruebas fuertes que superé y emociones que todavía tengo que trabajar, sin embargo sería una desagradecida si dijera que todo fue una mierda, aunque también una mentirosa si dijera que todo fue perfecto. Debo confesar que me entusiasma muchísimo saber que por fin se va a acabar, pues soy mejor diciendo adiós que buenos días.
En esta época se combina la típica juerga adormecedora de las festividades de fin de año con la típica pensadera de fin de año. Si bien, mi sentido común me repite que a estas alturas ya no debería preocuparme por el pasado o angustiarme por el futuro, mi insistente “yo” decide realizar un análisis existencial con el fin de chequear algunos aspectos de mi vida y que en parte es necesario para calmar mi terquedad.
Así como en la oficina me solicitaron el informe de gestión de 2014 y el plan estratégico para el 2015, así mismo debo rendir cuentas a mí misma y preguntarme que voy a hacer los siguientes días del resto de mi vida.
Las satisfacciones:
Luego de largas conversaciones con mi colon, pues él es muy refinado y yo no tanto, llegamos a un acuerdo y decidí alimentarme mejor. Fue entonces cuando vi que cerrar el pico dio resultados ya que mi salud mejoró y además bajé 5 kilos. Por ese pequeño triunfo le regalé una ovación a mi fuerza de voluntad que a veces ha sido perezosa y hasta puta, pero esta vez se lució.
En la medida de lo posible fui constante con el blog, ya que este año escribí 22 posts que fueron fruto de la inspiración y la transpiración, cabe añadir que son bastantes para una mujer como yo, si se tiene en cuenta que me levanto a las 5:30 am y nunca sé a qué horas terminará mi día y que todavía no puedo darme el lujo de vivir de mi pasión. El ímpetu por la escritura y contar historias interesantes para las féminas fue mayor que cualquier excusa o cansancio, y en estas ocasiones mi terquedad del tamaño de un elefante se transformó en virtud.
Tuve como objetivo leer 12 libros en 12 meses, así que mi mesa de noche fue testigo de la agradable compañía de varias joyas literarias. Aunque una docena nunca será suficiente, esta meta se convirtió en un avance significativo por los regalos que cada autor dejó en mí y por esa materia prima que me instó a mejorar. Y si alguien considera que en el 2014, mis letras fueron más decentes que el año pasado, entonces valió la pena leer más y es un buen habito que seguiré fortaleciendo.
En los últimos meses escuché de algunas amigas aquella frase de “que bonitos se ven juntos, que linda relación tienen, yo quisiera algo así”. No obstante, tener pareja es más que el disfrute de la compañía y empiezas a preguntarte si tienes la suficiente paciencia y si eres lo bastante loca como para construir algo más con él. Si estás dispuesta a luchar contra la rutina, a vivir las buenas y malas épocas, a entender los defectos y a aprender a respirar el mismo aire sin que el uno coarte el espacio del otro. Al final creo que salí bien librada y mi chismoso compañero de oficina perdió la apuesta acerca de cuanto duraría mi relación. (Touché)
También tuve el placer de viajar fuera del país y es algo que en los últimos años me he regalado a mí misma pues combina demasiadas satisfacciones al tiempo y me desconecta del mundo cotidiano cuando está a punto de asfixiarme. Sin embargo fracasé en mi intento por ser mochilera y una hippie de verdad, debido a que mi lado chic me traiciona e incita a consentirme con uno que otro gustico. Los viajes me dan como recompensa cientos de recuerdos nuevos, con amigos que se suman a la lista, diferentes acentos y sonrisas, sabores autóctonos, climas variados que generan sensaciones en mi piel, así como lugares y paisajes por recorrer.
Las cosas que no hice:
Todavía sigo hablando inglés como Sofía Vergara en Modern Family… bueno quizás peor. Reconozco que cada mes fui aplazando el tema y siempre me decía a mí misma que tomaría aquel cursito online que tanto publicitaron en la tele o que entraría a ese club de conversación que me recomendó mi amiga. But the days passed and the months and the end nothing happened. Nanay cucas ! ( Traducción: No pasó un carajo!!)
Mis problemas de ansiedad fueron inmunes a la valeriana con pasiflora, me sentí como atleta en una constante carrera de obstáculos, siempre corriendo, siempre con mil vainas por hacer y tratando de ser la primera y la mejor en todo lo que hacía, sin tiempo para tomar un respiro. Definitivamente esa no es la vida que quiero y una de las decisiones del próximo año es aprender a decir NO, sin importar lo que piense la gente de mí, porque es un desgaste intentar ser la mujer maravilla y de tratar de quedar bien con todo el mundo.
Seguí mi camino con la convicción que estaba libre de la mayoría de cargas pesadas, pero en mi caso esa levedad no era libertad pues de forma inconsciente escondí situaciones y personas en el lugar más recóndito del san alejo de mi cabeza, es decir que todavía no las he superado y mucho menos perdonado. Sé que en alguna parte del sendero volverán a aparecer hasta que no culminen ciertas etapas.
En este ejercicio mental desnudé gran parte de mis pensamientos como si hubiera salido en pelota en la edición de diciembre de Playboy. Un tanto cansada llego a la conclusión que es conveniente desconectar mi cerebro por un rato, mientras disfruto de las vacaciones y aprovecho mis horas en actividades sibaritas con una botella de vino blanco a mi lado. Más tarde especularé en proyectos futuros y todo el bla bla bla que suelo prometerme. Ahora me dedicaré a saborear el momento presente haciendo lo que tengo frente de mis narices, intentaré ser feliz viviendo aquí y ahora.
¿Y tú ya hiciste el checklist de tu vida?
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