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Publicado el Solteras DeBotas

El autosabotaje: cuando eres tu peor enemiga

¿Te has preguntado por qué dices una cosa y terminas haciendo otra? o ¿por qué te propones algo y al poco tiempo renuncias a esto? O en mi caso, que duré más de dos años trabajando en un manuscrito y siempre de manera oportuna aparecía una excusa para no terminarlo.

Mijita, eso se llama autosabotaje.

Esto se resume en un conjunto de creencias limitantes, impresiones erróneas o miedos que salen como sombras al acecho y se manifiestan a través de conductas de las que no eres consciente, por eso cuando menos te lo esperas aparecen para estropear tus proyectos y/o retrasar tus planes, te alejan de todo lo que suponga un gran cambio.

Por ejemplo, hay personas que dicen no estar contentas con su peso y que desean adelgazar, más sus acciones demuestran lo contrario, porque a los pocos días de iniciar su nuevo plan nutricional, se dan un festín de fritanga y retoman sus hábitos poco saludables.

Hay otras que desean construir una relación de pareja estable, sin embargo, no han podido superar el dolor de su anterior relación y por eso llevan sus miedos a las nuevas parejas y repiten conductas dañinas que llevan al rompimiento, para luego quejarse por ser “de malas en el amor”.

Otras empiezan a inventar pretextos para no realizar una tarea, la posponen hasta el límite del tiempo cuando las horas están contadas y deben trabajar bajo presión, lo que facilita que se cometan bastantes errores y así justificar su fracaso.

Unas quieren irse de su trabajo mas no son capaces de renunciar, así que empiezan a llegar tarde o incumplen con la entrega del informe, solo para que la contraparte sea quien tome la decisión de cortar, este mismo “modus operandi” también se puede aplicar a las relaciones afectivas.

Como no hay claridad de esto, se culpa a la familia, a la pareja, a las amigas, al jefe, a los compañeros de trabajo, o a la falta de tiempo, al clima, al tráfico, al cólico y al dolor de cabeza, porque no son capaces de ver que fueron sus propias decisiones las que los llevaron a hacerlo.  Acciones que van en contra de los deseos que manifestaron en voz alta, pero que claramente son la consecuencia de motivos ocultos, de conflictos en su interior que están en desacuerdo con esos propósitos y que saltan de la oscuridad para obstaculizar su camino hacia el bienestar o hacia lo nuevo.

¿Por qué se da el autosabotaje?

Hay varias razones que por lo general se mezclan entre sí, aquí mencionaré algunas de las creencias limitantes más comunes.

Falta de autoconfianza: en el fondo no estás muy segura de que puedas lograr esa meta que te has propuesto, permites que broten las dudas que tú misma has sembrado y te llenas de pensamientos derrotistas. Como no tienes la suficiente confianza en tus capacidades, no desarrollas todo tu potencial y piensas que todo es muy difícil.

Ejemplo: Mi amiga Lucia renunció a su trabajo porque decidió emprender, pero cuando las cosas no salieron como ella esperaba, empezó a sentir que  quizás no podría sacar adelante su negocio, entonces le echó la culpa a la economía, a la competencia y a otras vainas más. Lucia tuvo la valentía para irse de su trabajo y lanzarse a crear empresa, más su confianza le flaqueó cuando pensó que no poseía la fuerza para seguir… al final se rindió y buscó un empleo de 8 am a 6 pm.

No tienes que ser la mejor en todo, pero si debes reconocer cuáles son tus habilidades o lo que necesitas aprender para cumplir tus metas. Cambia la estrategia y busca nuevas opciones, mas no renuncies a tus sueños. Cuando crees en ti, no hay excusa u obstáculo que valga, al final con todo e inseguridades harás lo necesario para sacar adelante eso que te has propuesto.

Temor al cambio: estás en un ambiente que ya conoces y que tal vez no es la mejor opción, sin embargo, tienes el control de ciertas variables. La zona de confort es todo aquello que te hace sentir cómoda y en apariencia tranquila, pero no permite desarrollo o crecimiento utilizando el viejo pretexto de “más vale malo conocido, que bueno por conocer”.

Ejemplo: Muchas personas mantienen una relación de pareja que ya no funciona, o siguen en su empleo de toda la vida a pesar de tener mejores opciones laborales, y en esos momentos en los que deben tomar una decisión importante que cambiará sus vidas, aparecen las conductas autosaboteadoras que los hace quedarse en el mismo lugar. Entonces empiezan a ver lo bueno de su pareja o de su trabajo para justificar por qué se quedaron allí.

Cuando se racionaliza la situación o se busca de donde viene el miedo, el futuro luce menos amenazante y se mantiene a raya la ansiedad, que suele pintar panoramas oscuros que amilanan los vientos de cambios. No necesariamente se trata de lanzarte al vacío, con que empieces dando un primer paso bastará. Como dicen por ahí: con temor y todo, HAZLO.

No sabes lo que realmente quieres: cuando tus metas no son tuyas sino que estás cumpliendo los deseos de otras personas, o buscas encajar a través de las expectativas sociales, tus propósitos no llegarán a feliz término porque no son lo que tu corazón en verdad desea.

Ejemplo: Martha empezó estudiando derecho pues su padre, tíos y hermanos son abogados. Ella fue incapaz de decirle a su familia que no tenía muy claro que carrera empezar y que no le sonaba la idea de ser abogada. Su historia se resume en que fue una pésima estudiante, faltaba a clases y en la mitad del sexto semestre dejó la facultad.

Hay personas a las que les toma muchos años encontrar su vocación o propósitos reales, que llevan una vida mecánica y van de un lado a otro sin terminar lo que empiezan, pero cuando escuchan su voz interior y descubren lo que en verdad les apasiona, sus prioridades se hacen claras y trabajan por ello.

No crees que lo mereces: aunque parezca absurdo, hay gente que cree que no tiene derecho a ser feliz, que les parece todo demasiado sospechoso y bueno como para ser real. Obvio que esto es algo inconsciente pues nadie en su sano juicio va a reconocer que  quiere sufrir o tener una mala vida, sin embargo, el autosabotaje aparece para decretar  que tu mundo debe ser un reino de caos y perturbaciones.

Ejemplo: Roberta siempre ha escogido mal a sus parejas, unas joyitas explosivas y controladoras, con las que ha tenido una serie de relaciones afectivas llenas de drama. Luego de varios meses de soltería conoce a Julián, un chico tranquilo y respetuoso con el que inicia una relación, no obstante, Roberta empieza a comportarse de forma grosera con él, piensa que es zonzo, busca pretextos para discutir con este y al poco tiempo lo deja,  unas semanas después decide volver con su ex, un tipo con el que peleaba todo el día y que la maltrata.

Cuando una persona tiene la autoestima baja, no aspira a mejorar su situación porque siente que eso es lo que merece, así que cuando le llega algo superior  y diferente a lo que estaba acostumbrada, se asusta, porque no puede creer que eso le esté pasando, entonces no disfruta del buen momento ya que no se siente digna de recibirlo, y como no es consciente, la embarra.

Prefieres ser profeta a ser feliz: esto sucede cuando se vuelve más importante tener la razón de tus malos pronósticos que construir una vida tranquila y feliz, porque eliges reforzar tus ideas rígidas y creencias limitantes para demostrar que te las sabes todas.

Ejemplo: Catalina se queja porque su vida laboral es un infierno, según ella sus compañeras de oficina la detestan, cambia periódicamente de trabajo y aquellos conflictos se siguen repitiendo una y otra vez. Catalina no se da cuenta que trata mal a su equipo y que además tiene un tono de voz que no la ayuda. Ella de manera inconsciente prefiere sentirse la víctima y ser el centro de atención, antes que mejorar su actitud y llevar la fiesta en paz con sus compañeras de trabajo.

Es la clásica historia de la persona que propicia ciertas condiciones para que su vida sea una tragedia anunciada, en donde se confunde la intuición con la paranoia y la sabiduría con terquedad. Y si conoces sobre la ley de la atracción sabrás que todo lo que deseas bueno o malo se dará, porque tú misma te lo has buscado.

Como trabajar el autosabotaje

No es que te sabotees siempre y en todas las circunstancias. Hay cosas en las que eres diligente y persistente, más cuando te encuentras en un momento neurálgico en cierto aspecto de tu vida, haces algo que daña dicho proceso.

Tal vez te va excelente en el trabajo pero no en tus relaciones afectivas, o tienes una familia hermosa pero siempre andas enferma, o eres una estudiante destacada pero sin dinero en los bolsillos… Pregúntate que pasa con tu salud, finanzas, trabajo, relaciones personales, o en esa área donde estás teniendo problemas, analiza que tema del pasado no has podido enfrentar, soltar o por el contrario reforzar, encuentra ese motivo oculto que te lleva al saboteo.

Mi amiga Alba estaba teniendo problemas respiratorios debido al cigarrillo, decía que lo iba a dejar, más no era capaz de hacerlo. Cuando encontró la razón que había detrás de su comportamiento, se dio cuenta que tenía miedo de dejar de fumar porque creía que subiría de peso, situación que le causaba mucho malestar pues en el colegio fue víctima de bullying, por eso apareció su saboteadora interna para decirle que volvería a ser obesa y con ello, las burlas y el rechazo.

Reconoce cuáles son tus creencias limitantes, esas que te han impedido alcanzar lo que deseas o que no te dejan continuar con algún proceso. Cuando ya sabes que te sucede o porqué haces lo que haces, tendrás un punto de partida para mejorar.

Recuerda que puedes cambiar tu realidad cuando decides modificar tus creencias y empiezas a estar atenta al tipo de pensamientos que decides alimentar. Luego verás cómo mejora tu visión frente a las diferentes situaciones.

Enfócate en el “quien eres” y no en el “que tienes”, fortalece tu autoestima empezando por reconocer tus valores, esas cualidades únicas que en otros momentos de tu vida te han llevado a crecer, ellas no se han ido, allí siguen esperando a que te decidas.

Ponte metas realistas y que vayan acompañadas de un plan de acción, establece pequeñas etapas y cuando las completes, date una recompensa.

Desglosa tu miedo ¿qué es lo peor que podría pasarte si das el siguiente paso?, allí te darás cuenta que estabas dándole fuerza a algo que no tiene pies ni cabezas.

Has negociaciones con tu saboteadora interna, mira hasta donde puede ceder ella y así poco a poco convéncela de aceptar el cambio.

Deja de repetir frases como “No puedo hacerlo”, “No lo lograré”, “Nunca consigo lo que me propongo” “Yo no sirvo para esto” pues con esto solo fortaleces los mensajes limitantes y deterioras tu autoconcepto, mejor reemplázalos por “Voy a aprender” “Sé que puedo hacerlo” “Confío en mis capacidades” entre otros.

No aplaces, empieza ejecutando aquello que es trascendental, de lo contrario crecerá tu ansiedad mientras realizas las tareas menos importantes, porque no has querido enfrentar eso que has decidido procrastinar.

Comprende que los cambios no son fáciles y que el camino tendrá obstáculos pero que esto no debe ser razón para abandonar lo que te hayas propuesto, está bien caer, está bien hacer pausas pero luego hay que levantarse y retomar.

Y por último trátate con amor, acepta tus errores y agradece por las lecciones aprendidas en cada supuesto fracaso. Este es uno de los primeros pasos para bajarle al autosabotaje, para dejar ser tu peor enemiga y hacer las paces contigo misma.

¿Y tú te has autosaboteado? Cuéntame tu historia.

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Imágenes de katharine hepburn

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