En el maganize tv «Cuarentena musical Pacífico y Caribe», Bárbara Perea habló de su trayectoria como actriz y docente, los personajes que más la han marcado y sobre la situación de los actores afro en la televisión colombiana.
*Esta publicación hace parte de un proyecto de largo plazo para reconstruir la historia de la participación de los afrocolombianos en la televisión nacional (desde 1954).
Bárbara Perea Arce es una actriz reconocida por su aparición en telenovelas como Azúcar (1989), Niche (2014) y La esclava blanca (2016).
Perea se ha desempeñado tanto en la actuación como en la preparación artística. Su carrera como actriz inició en la década de 1980, en la que registró apariciones en producciones para televisión como Azúcar y Los colores de la fama.
En la década de 1990 participó en producciones como O todos en la cama, Cara o sello: Dos rostros de mujer y ¡Ay cosita linda mamá!
Entre las décadas de 2000 y 2010 integró el reparto de series como Merlina, mujer divina (2006), La dama de Troya (2008), Las detectivas y el Víctor (2009), El día de la suerte (2013), Niche (2014) y La esclava blanca (2016), de acuerdo con perfil de Wikipedia.
Estas fueron las respuestas más destacadas de Bárbara Perea a la periodista María Villegas. **
¿Cómo empezó tu sueño de ser actriz?
Yo siempre soñé con ser actriz. Cuando estaba en el colegio siempre me metía en todas las clases de danza, de actuación y de todos los centros culturales.
Al terminar el bachillerato dije: bueno, esto es definitivamente lo que quiero estudiar, pero en mi casa no les pareció tan chévere; mi mamá quería que estudiara una carrera tradicional.
Entonces me metí a estudiar administración de empresas en el Externado, pero estando allá me di cuenta que esa no era la carrera que yo quería.
Luego me presenté a la Escuela Nacional de Arte Dramático y dije: esto es lo mío. Pasé y desde entonces me he dedicado a hacer actuación porque es lo que siempre he querido desde niña.
¿Cómo fue el proceso de convertirte también en una reconocida profesora de actuación?
Desde que entré a la Escuela Nacional de Arte Dramático fui monitora de algunos profesores. Yo trabajaba con Roberto Prieto, él me ponía a dirigir algunos estudiantes, ahí fue donde descubrí la chispa que tenía para enseñar.
Es algo que se me dio, que me gusta. Mi papá también fue profesor y yo creo que se lo heredé. Yo soy muy impaciente en general, pero cuando estoy trabajando con otras personas soy muy paciente, tengo esa tranquilidad para enseñar.
Yo empecé a trabajar de monitora y después hice una especialización en voz escénica. Yo siempre tuve muchos problemas con la voz, así que me gustó mucho aprender y luego enseñar, transmitir ese mensaje.
Además, hace 20 o 30 años no había tantas escuelas de actuación, había un vacío, entonces los mismos actores nos dedicábamos a transmitir lo que sabíamos.
Muchos de mis compañeros hoy en día también son pedagogos. Yo trabajo sobre todo en escuelas privadas y también de forma personalizada con talleres privados con uno o pocos actores.
¿Cómo fue tu debut en la televisión?
Yo empecé con una serie que se hacía los domingos, que se llamaba Los cuentos del domingo, dirigida por Pepe Sánchez. Ahí yo hice una serie que se llamaba Vivir la vida, que fue donde realmente empecé.
Eso fue muy bonito, yo estaba en la Escuela Nacional de Arte Dramático haciendo una obra que se llamaba Matrimonio blanco. La estrenamos en el Teatro Colón, una obra bellísima donde yo tenía el personaje de una empleada de servicio.
Yo había estado muy molesta porque sentía que no me habían dado un personaje que yo me merecía, sino un personaje pequeño.
Sin embargo, yo me lo peleé, trabajé muchísimo en ese personaje, hicimos el estreno en el Colón y resulta que en el público estaban Pepe y su esposa, quien hacía el casting para Vivir la vida.
Vieron mi personaje, les gustó mucho y me invitaron a trabajar en ese elenco. Con Los cuentos del domingo, mejor dicho, Bogotá quedaba sola, el país se detenía para ir a verla.
¿Cuáles son tus personajes que más recuerda la gente y que te generan más orgullo?
Uno siempre se siente orgulloso con todos sus personajes, cada uno es un mundo, una vida y uno lo interpreta con todo su corazón.
A mí me reconocen mucho como la mamá del Tino Asprilla en La Selección, ese personaje es muy divertido y ha gustado muchísimo.
El personaje de Hipólita en la serie Bolívar también gustó muchísimo, es impresionante. La gente es muy bonita cuando le preguntan a uno en la calle por los personajes, se toman fotos con uno, y es muy chistoso porque hasta me llaman con el nombre del personaje.
¿A qué actores recuerdas de tu trabajo como profesora?
Yo he conocido a muchísima gente, lo que pasa es que uno ya no se acuerda más de muchos porque imagínese, yo estoy dictando clase hace 20 años, tranquilamente he visto entrar a muchísimos alumnos con el sueño de hacer televisión, cine o teatro.
Muchos no siguen porque en este medio la gente tiene la idea de que entrar es muy fácil, que es un medio como de rumba y pasarla chévere. Pero la realidad es que hay que estudiar mucho, tener disciplina, trabajar todos los días, soportar mucha exigencia.
Pero puedo decir que conocí actores cuando estaban en sus inicios como Jimmy Vásquez Sandoval, Liliana Escobar, Mónica Leyton y otros que se me escapan. Con todos esos muchachos trabajé desde que estaban jovencitos y ahora han hecho carreras brillantes.
¿Cuál es tu personaje en teatro que más te gustó?
El año antepasado hicimos temporada en el Teatro Colón con una obra que se llama Uva pasa bajo el sol, una obra clásica muy exigente y con un elenco con los actores afro más representativos de Colombia.
Yo interpretaba a Elena, un personaje que me pareció absolutamente maravilloso y muy exigente a nivel emocional. A ese personaje le pasan muchísimas cosas, cuando uno está en escena es muy fuerte.
Tuvimos la posibilidad de ir con esa obra a Cali, Quibdó y otras ciudades, donde tuvimos una respuesta del público maravillosa, lleno total y pues una gran satisfacción de haber representado ese personaje que me gusta mucho.
En los últimos 30 años, ¿qué piensas que ha cambiado y ha permanecido igual para los actores afro en la televisión colombiana?
Ha cambiado que hoy en día somos más, cuando yo entré éramos pocos los actores afro que estábamos en la televisión. En este momento somos muchísimos más, no tantos como sería ideal, pero sí se han abierto las puertas y oportunidades para muchos.
Hoy tenemos muchos actores afro, tanto hombres como mujeres, en televisión colombiana, en el cine y también en el teatro. También tenemos canales afro, en las regiones se está haciendo un montón de trabajo, eso ha cambiado para bien y es maravilloso.
Lo que todavía no es tan bueno es que tenemos pocos personajes protagónicos. Hay muchas series en donde ni siquiera hay un personaje afro, y cuando lo hay nos vamos a los estereotipos de la empleada o el conductor, o el que solo abre la puerta o alcanza el café.
No nos dan suficientes personajes donde el actor pueda lucirse y mostrar su trabajo y talento. En ese sentido todavía nos falta muchísimo, pero sí hemos progresado en otros aspectos.
En la parte de educación también necesitamos más escuelas específicas de teatro, donde pueda ir la gente que siente amor por este oficio, que tiene ganas de estudiarlo y de ser muy buena en la televisión, cine o teatro.
** Bárbara Perea estuvo en el magazine tv «Cuarentena musical Pacífico y Caribe», en la emisión del 26 de junio. Editó: Juan David Morales, jefe de redacción de Color de Colombia.
*Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 1: Reconocimiento e integración. Iniciativa 2: Memoria social para el reconocimiento. Proyecto: Reconstrucción de la historia de los artistas afrocolombianos en la televisión nacional (desde 1954).