El día de mi cumpleaños, en diciembre pasado, una amiga me envió un regalo muy especial, un frasco con una libreta de hojitas y un lapicero. Las hojitas estaban marcadas con este texto:
Una cosa buena me pasó… ____________________________
Este momento maravilloso me ocurrió el día __
el mes de _____________
La idea consiste en que este 2021 cada que me pase algo lindo lo escriba en la hojita, la doblo y lo meto en el frasco. Al finalizar este año sacaré todo lo que he escrito y recordaré todos aquellos momentos especiales que pasé.
Este ejercicio me pareció tan bonito y tan necesario en un año tan complejo como este. Con estos 23 primeros días de este 2021, les quiero contar muchas cosas que me pasaron y que las guarde con todo el cariño en mi frasco:
El 5 de enero publiqué un mensaje en mis redes sociales evidenciando la situación que estaba pasando una familia de recursos muy limitados. El padre de familia quien sostenía económicamente a su esposa y dos hijos, estaba atravesando un rápido cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro e hígado. Estaba en etapa terminal y los médicos de cuidados paliativos del Hospices Presentes lo estaban acompañando a él y a su familia. La trabajadora social y los psicólogos evidenciaron que la familia no tenía con qué comer, ni mucho menos dinero para trasladar a su ser querido a casa para que pasara sus últimos momentos con su esposa e hijos.
Así que publiqué, sin mucha expectativa debo reconocer, ya que personas inescrupulosas han utilizado las redes sociales para aprovecharse del buen corazón de otras. Le conté a mis hermanas, quienes siempre se conmueven con este tipo de historias, inmediatamente hicieron su aporte y compartieron rápidamente la publicación. Mis amigos de LaCava vieron el mensaje, les pedí que si me ayudaban a moverlo en twitter y de inmediato lo hicieron. A los pocos minutos comenzaron a llegar recibos de aportes de amigos y de diferentes personas que le habían consignado a la familia del paciente directamente.
La mañana siguiente, gracias a la colaboración de toda la gente, aquella familia logró trasladar a su ser querido a casa para que pasara sus últimos momentos. Pudieron comprar comida, desayunar, si, desayunar!! algo tan normal como lo vemos todos, para ellos era algo que no era habitual, con suerte lograban tener una comida al día. En medio del dolor de ver a su ser querido apagarse como una velita, por lo menos no tuvieron el estómago vacío en esos momentos tan duros. Mucha gente ayudó a esta familia. A los dos días de esta publicación el señor se fue y aquella familia pudo pagar el servicio funerario y pudieron pasar su duelo en relativa tranquilidad.
Esto me pareció maravilloso! en medio de tantas noticias tristes, de situaciones en que uno ve a veces la indolencia y que no encuentra luz, siempre suceden cosas que son como una señal que dice: Todos los días pasan cosas buenas!
¡Y este mes siguieron pasando cosas buenas! Cosas tan sencillas y especiales como abrir y compartir una buena botella de vino.
Hace unos días preparé un arroz con pollo y al final del día fui a llevarle un poco a mi sobrinita porque se que le gusta, tan pronto me vio me sonrió y dijo “es mi arroz preferido tía” y yo me derretí.
Hace unos cuantos días uno de mis cuñados me llamó a las 11am, desde Calgary, Canadá, allá son dos horas menos, había caído nieve y me hizo una video llamada solo para que viera la nieve y la salida del sol, desde uno de mis lugares preferidos y tomó para mi la foto que acompaña este blog. Me pareció un lindo detalle.
Hace dos días nos encontramos con mis hermanas en el parque al finalizar la tarde para caminar y sacar a los perritos a pasear… conversamos un ratico, guardando la distancia, pero pudimos vernos y compartir un ratito al caer el sol.
Ahora el panorama se ve oscuro! se ve difícil! pero si miramos nítidamente cada instante de cada día veremos que….
Todos los días pasan cosas buenas!
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