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Somos instantes

Foto de Ximena Corrales

Se había practicado unos exámenes porque tenían fuertes indicios de que había comenzado a sufrir de Alzheimer. Los primeros resultados no salieron bien así que vinieron otros más. Sus hijos muy preocupados la acompañaron todo el tiempo.  Uno de ellos buscó un tratamiento experimental que duraba 9 meses en otra ciudad y antes de que saliera el diagnóstico final se apresuró a proponérselo.  Ella le dijo que no iba a someterse a ningún tratamiento experimental.  

Comenzó a recordar los lugares que quería visitar, aquel museo al que siempre había querido ir y al cual por una cosa o por otra siempre posponía, ese viaje que había querido hacer y siempre lo dejaba pasar, entre muchas otras cosas, seguir compartiendo con sus hijos y nietos el tiempo que le quedara estando bien.  Sus hijos le dijeron que harían lo que ella quisiera. 

El día que recogerían sus últimos y decisivos resultados médicos se fue con uno de sus hijos a almorzar, pasaron un día muy feliz recordando la infancia de ellos, recordando a su amado esposo a quien a pesar de la muerte, ni el tiempo ni la ausencia habían hecho que lo dejara de amar.  Entre la conversación le contó que siempre había querido pasar por la casa de la cantante canadience Joni Mitchell, quien era su ídolo y junto con su esposo, en sus épocas de juventud, habían intentado buscar la casa varias veces pero nunca la habían encontrado.    Esa tarde su hijo, gracias a la tecnología de google earth, logró llegar al lugar y encontrar la casa.  Al llegar ella recordó sus canciones favoritas y se puso a cantarlas con la maravillosa voz que siempre la había caracterizado.

Ya se estaba llegando la hora de la cita médica pero, ella le dijo a su hijo que estaba pasando un día feliz, muy feliz y que igual no había diferencia entre ir hoy o mañana, pues los resultados no iban a cambiar mientras que ella estaba disfrutando un día muy feliz y lo que era un hecho era que su estado de salud si iba a cambiar rápidamente. 

Esta historia hace parte de uno de los capítulos de la serie This is US, en Amazon Prime y me ha llegado al alma y me ha dejado un gran mensaje: 

“A veces hacer que alguien olvide sus problemas o sus preocupaciones es lo más importante que puedes hacer por alguien…”

Hace unas cuantas semanas me enteré el caso de una familia que está buscando ayuda de los medios de comunicación para que medien con la embajada de Estados Unidos para que les otorguen una visa, ya que su hija que tiene un cáncer bastante avanzado, pueda viajar para un tratamiento experimental en Houston.   Aquí en Colombia le realizaron todo el tratamiento pero el cáncer ha seguido su curso y los médicos le dijeron que ya no se podía hacer nada más pero, la familia encontró por Internet un tratamiento experimental. No tienen muchos recursos y a como dé lugar quieren llevar a su hija a que haga parte de ese tratamiento.   Mientras logran conseguir el dinero para pedir la visa, están todo el día sus padres ocupados buscando cómo solucionar esta situación.   Tuve acceso a los resultados médicos enviados por el padre de familia a diferentes medios de comunicación y periodistas y lo conversé con un amigo médico que me decía que en este punto lo mejor que podrían hacer sus padres era estar con su hija cada instante, jugar con ella, consentirla, abrazarla, porque lo único que quedaba eran instantes. 

Y ahí viene un tema bastante complejo y es el de el encarnizamiento terapéutico.   Yo ni siquiera me imagino qué haría en su lugar… Debe ser muy duro esa situación, estar en sus zapatos…   Sin embargo me pongo en el lugar del paciente y pienso… qué saca uno que le alarguen la vida un día, una semana un mes, si su último día, su última semana o su último mes fue llena de tubos en una clínica y no teniendo calidad de vida.   Y claro, uno haría lo que fuera por salvar la vida de un ser querido, pero son de esos temas que hay que hablarlos en familia. El final es inevitable para todos y aunque ahora más que nunca el tema de la muerte ha dado tanto de qué hablar en estos últimos tiempos, creo necesario pensarlo. Hoy día por este virus la gente está muriendo sola sin su familia al lado que le apriete la mano o le acaricie su mejilla.  No hay despedidas más que por una video llamada y eso, con suerte. 

Si uno supiera que le queda poco tiempo de vida a un ser querido o que su vida fuera a cambiar razonablemente, uno qué haría para que sus últimos días, semanas o meses fueran memorables?    

Por eso tal vez me pareció tan lindo y valioso el mensaje de esa serie.  A los seres queridos se les dedica tiempo, se les otorgan caricias, risas, instantes! Se hace lo que sea para que si están tristes o preocupados, olviden sus problemas y uno sea una gotica de luz en medio de la oscuridad.   Al final lo único que les podemos otorgar a las personas que queremos son instantes! 

¡Todos somos instantes!

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