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Por el respeto

Las flores de diferentes tamaños, colores y caben todas…

 

Esta semana me ocurrió algo muy particular. Me escribieron dos personas en mensaje directo por Twitter. Una era una profesora de una prestigiosa universidad en Bogotá a la que siempre le tuve una gran admiración, y el otro era un médico. A ambos les tenía mucho respeto. Con ambas personas teníamos algunos puntos en común, los cuales se veían reflejados en algunas publicaciones en que interactuábamos.

La profesora me escribió una pastoral hablándome de la situación actual del país porque, según ella, yo había escrito publicaciones en Twitter que iban en contra de todo lo que ella pensaba, por lo que había tomado la decisión de dejarme de seguir, y no volver a leer mi blog.  Inmediatamente le escribí, preguntándole a qué publicaciones se refería. Me sorprendió porque yo no he publicado nada en absoluto de temas políticos o que generen controversia. Mis publicaciones son de cielos, de frases que me gustan, canciones, poesías, flores, fútbol, etc. Obviamente no recibí respuesta, porque no había nada político. Acto seguido recibo el mensaje del médico en el que se manifiesta de manera similar a la profesora, diciéndome que he escrito mensajes en contra de lo que él piensa y de manera atrevida me dijo:  “no creo en tu sinceridad” refiriéndose en lo que escribo en mi blog porque no concuerda con lo que según él publiqué en mi Twitter. Al rato recibo otro mensaje donde me dice que lo que ellos se quejaban era un like que yo le había dado a una publicación en la que agradecían a nuestra fuerza pública.  ¡¡ Un Like!!

En ese momento me acordé de Alejandro, un amigo de hace muchos años a quien quiero mucho, con quien, aunque tenemos diferencias en temas políticos, me dijo “tú y yo nunca nos vamos a poner de acuerdo en política pero, eso nunca interferirá en la gran amistad que tenemos”. Y así es la vida, entre las personas fortalecemos nuestros puntos en común y respetamos, sin juzgar, lo que no.

Cuando suceden este tipo de situaciones yo tiendo a ponerme alerta para ver qué es lo que esto trata de enseñarme y saqué varias conclusiones: En las redes sociales como en la vida real, la misma libertad que creo que tienen las personas para seguirme o dejar de hacerlo, considero que la tengo yo para escribir y apoyar lo que me parece correcto. Siempre será bienvenido quien me siga, o quien libremente me deje de seguir. Simplemente eso se llama respeto.

Reconozco que me sorprendió que una educadora al ver que no piensan como ella, inmediatamente aparte a una persona, sin ni siquiera tener un debate argumentativo. Mi pregunta es: ¿Qué vivirán los alumnos que no piensen como ella? ¿Dónde está la democracia? ¿Dónde está el respeto por la opinión del otro?

Con respecto al médico no me sorprende mucho, veía con cierta frecuencia una necesidad imperiosa de evangelizar en lo que él considera que es lo correcto. Y yo si agradezco infinitamente apartar fanáticos de mi vida. Como decía José Saramago: “He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”

Simple: Que una persona no piense como uno, no quiere decir que sea un enemigo.  Hay que aprender a vivir en comunidad con nuestras diferencias.

Este año he apartado personas de mi vida y otras me han apartado, lo cual me parece sano.  Hay vidas en las que uno  no cabe. Hay trabajos, vínculos, relaciones  que se acaban y termina uno dándose cuenta que le hicieron un gran favor. Hay situaciones que no siguieron y aunque uno se sienta triste al comienzo, luego uno dice “de lo que me salve”, de ahí la frase –Todo pasa por algo- Porque no hay nada oculto entre el cielo y la tierra y la verdad siempre sale a flote.

Cuando ya uno siente que algo no le aporta o uno ya no le aporta a alguien, es totalmente válido seguir su senda.  Hay personas que son estaciones y otras personas son caminos. Eso sí, no les puedo decir mentiras, me gusta más la gente que son caminos, pero sé que la vida es un tren, se suben unos, se bajan otros y solo muy pocos son los que van con uno hasta el final.

El reto que me propongo esta semana es revisar lo que no me aporta y sacarlo de mi vida, incluye personas, gente en redes sociales, situaciones, cosas, etc.  Quedan 16 días de este año, revisar y conservar lo que sirva y desechar lo que no.  Limpiar la cabeza y el corazón para funcionar mejor. Por el respeto.

En twitter: @Andreavillate

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