
Hablar de la muerte es un tema que aún sigue siendo difícil tratar. Entre creencias religiosas, el amor a la vida y a nuestros seres queridos, es difícil entender que algún día partiremos de este mundo. Sin embargo, por más difícil que parezca debemos conversar el asunto con nuestras familias.
A algunos nos gustaría tal vez morir siendo abuelos, rodeados de nuestros hijos y nietos, en una cama caliente y en paz con absolutamente todas las personas que alguna vez pasaron por nuestra vida. Pero este mundo es impredecible y si bien es cierto que una muerte tranquila puede suceder, también puede suceder que no y los que nos vamos no queremos dejarle a nuestras familias una enorme responsabilidad de saber cómo queríamos nuestro final.
Hace muchos años la fundación Pro Derecho a Morir Dignamente realizó un vídeo donde un familiar visitaba todos los días a un ser querido quien llevaba un año en estado de coma, conectado a un respirador y se cuestionaba si eso era lo que su familiar quería. Por eso la importancia de conversar acerca de la muerte.
Si se diera el caso, cómo en el vídeo, que usted quede en estado de coma profundo vegetativo, ¿quisiera “vivir” conectado a una maquina?
No solo es el caso hipotético que suframos algún tipo de enfermedad que nos deje inhabilitados para poder decidir sobre nuestra vida, hay que pensar en todo: si queremos que nos cremen o nos entierren, o sobre la decisión de donar órganos.
Mucha gente está en contra de la eutanasia o muerte asistida, como en el más reciente caso de Brittany Maynard, una mujer estadounidense de 29 años, que fue diagnosticada con una enfermedad terminal y al ver que no mejoraría y que sus síntomas cada día eran in sufribles, tomó la decisión de la eutanasia. Grabó un video contando su situación y decisión. Ella quería sentar un precedente frente al tema de la muerte asistida, del respeto y la libertad que tendría que tener esta decisión. Junto a su marido se mudó a Oregón, donde la eutanasia es legal. Murió rodeada de su familia y amigos.
Este tema es algo muy personal y como todo en la vida nadie puede juzgar a nadie frente a este tipo de situaciones.
Yo por ejemplo lo he conversado con mi familia. En caso hipotético que quede en estado de coma, tal cual como en el video, pido que esperen un par de días por si se da el milagro y si no, con toda confianza pueden pedir que sea desconectada. Me aterran dos cosas: primero tener a mi familia en una situación tan dolorosa y segunda, si no estoy viviendo, hablando, compartiendo el día a día, es que llegó la hora de irme. En una situación así, yo deseo que mis órganos sean donados, así desde mi situación puedo hacer algo bueno por otras personas. También deseo que mis restos sean cremados y lanzados al mar de Santa Marta al atardecer.
Este tema de la muerte me cuestiona mucho no solo por lo que dejamos, sino por cómo lo dejamos. La muerte es parte de la vida, de las partes más dolorosas diría yo, ver partir a quienes amamos es muy fuerte. Pero nos hace reaccionar, valorar, dejar de lado tanta frivolidad.
Ninguno de nosotros sabemos con claridad cuándo será nuestra fecha de caducidad, por eso creo que es tan importante decir siempre lo que se siente, a pesar de todo, de las circunstancias adversas que muchas veces vivimos. Si hay algo por hacer, por arreglar, hay que hacerlo ya. No dejar para mañana nada, porque tal vez ese mañana no llegue.