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El Destino

¿Qué ocurre después de la muerte? Nadie sabe. Hay quienes creen que existe un cielo y un infierno y depende de cómo nos portemos en la vida iremos a alguno de esos sitios. Hay otros que creen que la muerte es el fin, después de ella no hay nada más. Otros creen en la reencarnación. Éstas y todas las teorías y creencias que puedan existir sobre el tema son igualmente válidas porque a la final ninguno de los que estamos aquí podemos asegurar ninguna de ellas.

La creencia en la reencarnación ha estado presente en toda la humanidad en la mayoría de las religiones orientales, como el hinduismo, el budismo y el taoísmo, y también en algunas religiones africanas y tribales de América y Oceanía. El término Reencarnación se refiere a la existencia de un alma o espíritu que aparece por distintos cuerpos, generalmente a fin de aprender en diversas vidas las lecciones que proporciona la existencia terrenal, hasta alcanzar una forma de liberación o de unión con un estado de conciencia más alto.

Hace unos días fui a un refugio de animales, mi sobrinita quería adoptar un perrito y la acompañe. Al llegar me sorprendió la mirada de todos los perritos que allí estaban. Algunos tenían mirada tierna y dulce como esperando una oportunidad. Algunos perritos adultos, recostados durmiendo, tomando el sol, con mirada como de resignación, de cansancio, de agotamiento, miraban de reojo y no se inmutaban con las personas que llegábamos a verlos. Otros jugaban, saltaban y trataban de llamar la atención de quienes estábamos allí. Algunos ladraban como tratando de infundir miedo, aunque su mirada reflejara temor. Al ver estas miradas me puse a pensar si fuera posible que uno reencarnara en un animal. ¿Qué tal que todos esos perritos sean seres que han reencarnado en ellos? Esta teoría no es tan descabellada.

Nos creemos como seres humanos, que somos más evolucionados que los animales, pero si nos ponemos a pensar concienzudamente creo que ellos son más evolucionados: Un perrito no se fija si el otro perrito que se encontró en una esquina, proviene de un barrio de estrato alto o bajo. Si el perrito luce mejor, si su pelaje es más bonito. No le importa si tiene algo o no tiene nada. Si es un perro educado o no. Solo piden comida y refugio. Son fieles al cariño que reciben.

Hay cientos de historias de animales que acompañan a sus seres queridos hasta el final, son una muestra de su lealtad. Y no solo los perros, también lo son los gatos, aunque con un carácter diferente, pero igual de leales. Mi hermana angélica tiene dos gaticos. Recuerdo mucho en una oportunidad que yo lloraba desconsoladamente en su casa y los gaticos se hicieron a mi lado y no se alejaron hasta que dejé de llorar, como acompañándome. Los animales son seres más evolucionados. Entienden lo importante: el lenguaje del amor.

Si me preguntaran en qué animal me gustaría reencarnar diría sin dudarlo en un ave. Tengo un par de vecinos colibríes que me visitan cada día, se posan en el árbol que da contra mi ventana. Tan pequeñitos, tan hermosos, tan libres que resulta un placer verlos. El canto de los pájaros en la mañana y a las 6 de la tarde es maravilloso. Verlos cruzar el cielo, esa libertad es verdadera libertad.

Falsamente nos creemos libres, pero a la hora de la verdad no lo somos. Le hemos dado demasiado poder a muchas cosas que nos mantienen atrapados, el dinero por ejemplo. Estamos atrapados en conseguir más y más cosas, nunca será suficiente.   Ser esclavos de la belleza, de la imagen, de mostrar lo que tenemos, sabemos o conseguimos, entre muchas otras cosas.

Este ejercicio me ayudó a concluir que al final la incertidumbre rodea la vida. Nadie sabe el destino con el que se va a encontrar. Puedo elegir ser un ave y terminar en una jaula en un zoológico o tener plena libertad hasta el final de mis días. Nadie escapa de lo que le toca vivir, para bien o para mal. La vida es un aprendizaje y cada uno tiene lecciones diferentes.

Y a usted ¿en qué animal le gustaría reencarnar?

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