Hace varios años conversé por internet con una persona que jamás conocí personalmente, quien cursaba una enfermedad terminal y en medio de largas noches de insomnio, pudimos charlar sobre su vida y me dio sus 10 consejos antes de partir. Esos consejos los he considerado muy valiosos pues creo que una persona que se encuentre ad portas de dejar este mundo tiene una sabiduría y ve las cosas con mayor claridad, que quienes suponemos que todo está bien y que tenemos una vida por delante.
Sin embargo hoy quise atreverme a escribir mis 10 consejos. No se si con el paso del tiempo cambien o le sume otros, pero hasta el día de hoy estos serían mis consejos:
1 Trata de adaptarte a lo que hay. Si te suceden cosas que no están bajo tu control, que no dependen de ti, trata con el alma y el corazón de adaptarte a esa realidad. Trata de aprender de lo que estás viviendo, que por algún motivo está pasando. Si no está en tus manos, si no salen las cosas tal cual deseas, no pierdas tiempo peleando con el destino porque será una pelea perdida. Si el destino te quisiera en otro sitio, en otras circunstancias, todo se va a presentar para que tomes ese camino. Pasará lo que tenga que pasar.
2 No te dejes llevar por los impulsos. En cualquier situación respira. En todas las situaciones piensa en las consecuencias, no te dejes llevar por los impulsos colmados de emocionalidad sin analizar. La señal más grande de que se está a punto de cometer un error es el desespero y el actuar con emoción y no con la razón.
3 No hay decisiones buenas o malas. Las decisiones que tomamos en ciertos momentos, fueron tomadas con la información que teníamos en ese momento y creíamos que era lo mejor y por mal que nos haya ido, aprendimos algo. A veces solo el tiempo termina dándote el veredicto final, del por qué pasaron las cosas, así que lamentarse es una pérdida de tiempo. Todo pasa por una razón.
4. Lo que fue, fue. No podemos volver al pasado y cambiar la manera en que reaccionamos, cambiar lo que dijimos, o lo que hicimos. Pero lo que sí podemos es tomar conciencia profundamente y volver a empezar.
5 Acepta tu responsabilidad. Si consideras que has hecho daño a alguien, que le has fallado, que hiciste algo que no debiste hacer o decir, acepta tu responsabilidad y ofrece disculpas. Reconocer un error es un acto de valor y la mejor manera de querer arreglar las cosas porque te importa esa persona.
6 La vida da muchas vueltas. Mantén las opciones abiertas, todo puede pasar. A veces queremos botar la toalla con algo y al mes siguiente nos tropezamos con ella y nos toca recogerla. O esperamos confiados que algo pase y nunca pasa. No te cierres a otras posibilidades porque todo puede pasar.
7 Ten presente que te vas a morir Es la mejor manera que tienes de vivir intensamente, disfrutando desde un pedazo de torta de chocolate, un café, una película, un vino, una conversación, un paseo, una fiesta, un abrazo, una risa, un beso, una buena siesta, entre todas las cosas que podemos vivir. La vida está hecha de instantes y algún día se terminarán.
8 No olvides regar las flores todos los días. La familia, los amigos, la pareja, las personas que te importan, las mascotas, son las flores que adornan nuestro jardín y se nutren del agua que les ponemos con los detalles, las conversaciones, el estar presente en la vida de otros en los buenos y malos momentos. Al final lo único que queda en los otros es el amor que les diste. Más que palabras, hechos.
9 Disfruta el trabajo que tienes. El sueldo que te llega, el gusto que te das. En el trabajo hay días buenos, otros no tanto, como en todo. Enfócate en las cosas buenas que tienes porque ahí es donde pasas la mayor parte del tiempo. A pintar con los colores que tienes.
10 La tranquilidad no tiene precio. nada de bueno tiene lo que te quita la tranquilidad y aplica para todo en la vida: relaciones, amistades, deudas, etc. Tampoco permitas que el comportamiento de otras personas te quiten la tranquilidad.
¿Cuáles serían sus 10 consejos?
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