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Por estos días hace un año escribí en estas páginas una conversación que tuve con Daniel*,  un hombre que conocí gracias a mi blog. Él estaba sobrellevando un cáncer, vivía fuera del país y pasamos algunas noches conversando de la vida por whatsapp.  Aunque nunca nos conocimos personalmente y ya no está en este mundo, últimamente he pensado mucho en él y han llegado a mi, cosas que me recuerdan las conversaciones que teníamos cada día y sus consejos para la vida.  (Aquí pueden leerlo)

Siempre he creído que hay que hacerle caso a la intuición y a esa voz interior hay que escucharla y darnos el tiempo de procesar los mensajes o las señales que nos quiere decir. No se si es por algo que olvidé, si es algo que deba tener en cuenta o tal vez que deba volver a escribir.  

La noche del viernes mientras que leía una y otra vez nuestras conversaciones, tal vez tratando de buscar entre líneas algo y a punto de bajar los brazos, me dije en voz alta: si hay algo que deba tener en cuenta sobre este tema, que me llegue una señal clara… Apagué la luz y me quede dormida.  A la madrugada me desperté, revisé el celular y tenía un mensaje de un amigo que decía “vi esto y me acordé de ti” acompañado de un link. Era un análisis que hacía un médico argentino Daniel López, acerca de una receta para la vida que había escrito un paciente y que se había vuelto viral hace algún tiempo en ese país.  El médico decía que todos somos terminales así no tengamos una enfermedad, el tiempo va pasando para todos. Ahí dije: Esta es la señal. Y venían los 5 puntos para la vida: 

  1. Aguantar: No es otra cosa que jugar con las cartas que nos tocaron.  Pintar con los colores que nos dieron. Todos tenemos alguna cruz que cargar, a todos nos duele algo y no hay otra cosa que aceptar lo que no podemos y no está en nuestras manos cambiar.  
  2. Ser Yo: No compararse con los demás. Siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que uno en todos los aspectos de la vida. Al final no hay que ser mejor que otros, hay que ser mejor que uno mismo de ayer. 
  3. Actitud:  La realidad que vivimos nos hará reír o llorar y están en el mismo vaso.  No podemos cambiar lo que nos pasa, pero si la actitud que tenemos con lo que nos pasa.   
  4. Tener todo listo: Eso no es solo si tenemos cerca la muerte o tenemos una enfermedad, es siempre dejar todo ordenado y aclarado, como por ejemplo los documentos de voluntad anticipada. ¿Qué quiero que pase conmigo en caso que tenga X o Y enfermedad?. ¿Tengo todo al día y estipulado para no dejar problemas a mi familia en caso que muera? Preguntas que uno debe hacerse y tenerlas claras.  Tener las conversaciones adecuadas con la familia sobre temas difíciles como la muerte, para que sepan qué hacer, cosas que ayudan a que uno esté tranquilo pase lo que pase.  
  5. Respeto: Por la vida de otros. Por las decisiones. No meterle religión, moralismo, nada que nos armen muros entre unos y otros. Cada uno tiene su vida y hay que respetarlo. Vivir y dejar vivir. 

Y terminaba su interpretación del tema diciendo: “Aprovechemos el hoy, nadie nos puede reservar más de seis meses de vida”.  

Creo en las señales y sé que esto lo fue.  Tal vez a veces vivimos la vida en piloto automático, todos los días lo de siempre o esperando que las cosas cambien, sin caer en cuenta que lo único que se cuenta es con el día de hoy. Así que nos toca pintar con los colores que nos dieron… 

“Recordar que vamos a morir es la mejor manera que hay para evitar caer en la trampa de pensar que tenemos algo que perder”.

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