Reflexiones

Publicado el RicardoGarcia

La Asamblea o el Ágora Universitaria

Por: Ricardo García Duarte*

Es una auténtica novedad. Habrá Asamblea Universitaria. Institucionalizada. No transitoria. Y estará convertida más bien en mecanismo de participación respaldado por unas normas apropiadas.

Emerge como un espacio social y cultural, en el que pueda mirarse como en un espejo la comunidad, de modo que lo haga en el abanico de sus distintas corrientes ideológicas; así mismo, en el caleidoscopio de sus segmentos estamentarios, el de los estudiantes, el de los docentes, los egresados y funcionarios.

Ha germinado en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, como un fenómeno singular, pues es una realidad que no tiene presencia en ninguna otra institución de educación superior en el país (aparte de la Universidad de Nariño en donde existe una Asamblea pero sin unas dimensiones similares). Seguramente cobrará existencia como si persiguiera el rastro de un ágora ateniense, aquella plaza a cielo abierto, en la que los ciudadanos griegos se reunían libremente para discutir los asuntos del Estado, con una exhibición de conocimientos y una capacidad de razonamiento tales, que les permitía competir para que cada uno pudiese ser el mejor, aquel que lograse exponer con mayor solvencia argumentativa, con mayores recursos oratorios o en todo caso con mayor eficacia, en el propósito de convencer a los demás; un ideal que en principio debía orientar el esfuerzo de cada cual.

Se trata de un ideal que por cierto podría anclarse, más allá de las cambiantes épocas, en las razones para validar un escenario de representación, tal como puede suceder en la Asamblea Universitaria. Y que aquí y ahora debería tener 3 referentes básicos de orden intelectual, una guía como el radar VOR que emite las señales para las aeronaves. Uno de esos referentes es el de la democracia reflexiva, según expresión de Pierre Rosanvallon; el otro, el de la comunidad comunicativa, concepto debido a Habermas; y el tercero, el referente epistemológico, aplicado a las rupturas científicas, pero ampliado a otros ámbitos por Boaventura de Sousa Santos.

Con la democracia reflexiva, el proceso de representación y de participación retiene los impulsos pasionales y con ellos la polarización ideológica, para encontrar un escenario más favorable a la elaboración racional de normas, disposiciones y propuestas, susceptibles todas ellas de ser consensuadas por las más disímiles corrientes o banderías políticas.

La comunidad comunicacional pone arriba, en un sitial de privilegio, al diálogo, en vez de la gritería o la descalificación personal; un diálogo razonado que permita la argumentación y la contra-argumentación; así mismo, el esfuerzo dialéctico por encontrar el respaldo en los hechos comprobados, a fin de sustentar las propuestas que cada uno defienda.

Finalmente, la perspectiva epistemológica, aquella que sigue el trazo de los quiebres en el conocimiento científico, puede ser aplicada a la vida social y de modo particular al proceso democrático, como búsqueda de la verdad. Es claro que en el universo partidista, cada militante sigue la huella de sus propios sesgos ideológicos. Aun así, todos aquellos que encarnan la representación general han de propiciar la construcción de consensos alrededor de verdades descubiertas y elaboradas a través de la argumentación dialéctica, en medio de escenarios democráticos, no necesariamente coincidentes con las ideas previas que cada uno abrigaba en medio de sus identidades doctrinarias.

La disposición para escuchar al otro y el ánimo autocrítico para encontrar los propios errores, esos que se convierten en obstáculos para alcanzar las metas, deben ser la compañía para abrir los horizontes de nuevas verdades, algo que alejaría del ambiente político la tentación de la mentira o la caída en el fango de la pos-verdad.

La democracia reflexiva, la comunicación argumentada; todo ello, más la perspectiva de encarar la verdad, así nos cueste, son obviamente tipos-ideales, pero constituyen arquetipos de comportamiento, modelos éticos, cuya aplicación aproximada en la vida concreta es posible, además de enriquecer el mundo de nuestras experiencias.

*Rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas

@rgarciaduarte

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