Para los que hemos tenido la oportunidad de trabajar en la apasionante y retadora industria del cannabis, y de estudiar las oportunidades que representa para Colombia, este el momento de reconocer que es necesario profundizar en su discurso, más allá de referirnos a las condiciones paradisíacas aptas para el cultivo, el robusto marco regulatorio, la favorabilidad del costo de la mano de obra, y de los incentivos ofrecidos a las empresas a la hora de invertir, para pasar a un plan de acción claro que permita incorporarnos en la cadena global del cannabis medicinal.
Mucho se habla de los innumerables beneficios propios de la planta de cannabis que se consume desde hace más de 6.000 años; sin embargo, Colombia, a la par de países como Canadá, México, Perú, Chile, Argentina y Brasil, por mencionar solo algunos vecinos en la región, se encuentra en proceso de aprendizaje y adaptación en materia regulatoria y de consolidación de la industria. Si bien algunos de estos países se encuentran en etapas más avanzadas que otros, todos estamos aprendiendo de alguna manera.
El sector extractivo en Colombia ha sufrido las consecuencias de dejarse llevar por la emoción efímera de los réditos económicos que, por ejemplo, pudo haber traído el oro. Hoy en día, podemos contar con los dedos de las manos los proyectos viables después de haber tenido más de 30 compañías canadienses instaladas en el país. Si queremos que Colombia se convierta en un líder mundial en la industria del cannabis, no podemos olvidar esta indeseable experiencia en otros sectores y, desde la institucionalidad, con ayuda del sector privado y, por supuesto, con participación de la sociedad, debemos diseñar una estrategia coordinada, participativa y principalmente con enfoque de mercado.
Para Colombia, el desarrollo exitoso de la industria del cannabis no se va a medir con el número de empresas que desarrollen proyectos licenciados ni mucho menos con la capitalización del mercado; se va a medir con el número de proyectos cuyos planes de negocio incorporen estrategias de acceso que permitan cumplir con los estándares de mercados sofisticados y de alto valor como el canadiense y el europeo.
De acuerdo con Prohibition Partners, el número estimado de usuarios de cannabis en Latinoamérica ronda los 35 millones, mientras que en Europa es de 89 millones. Por ende, Europa cuenta con un gasto en atención en salud, léase bien, de 2.3 billones de euros, contra 354 mil millones de dólares en toda Latinoamérica. Estos indicadores no deben pasar desapercibidos en los planes de negocios de las empresas. El éxito de un proyecto ejecutado a bajo costo solo se verá reflejado si, además del mercado local, se considera el acceso a mercados de renta alta dispuestos a pagar por productos que lleven consigo un gran componente de investigación, desarrollo y, por supuesto, alta calidad. Colombia finalmente tiene en sus manos una oportunidad de oro, no solo para ser exportador de materias primas, sino también un generador de innovación, ciencia y conocimiento.
Lo anterior sería posible con ayuda de instituciones como Procolombia y, por supuesto, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de acciones de diplomacia sanitaria, y aprovechando iniciativas como CO-nectados, para incentivar la inserción de Colombia en mercados estratégicos con el fin de que prontamente podamos decir que, a través de la industrialización de este sector, se logre imprimir una imagen distinta a la tradicionalmente negativa que nos ha dado el problema de las drogas.
* Juan Camilo Vargas es administrador de empresas con especialización en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Magister en Sostenibilidad de Columbia University; becario del gobierno de Corea del Sur en cooperación energética, con estudios en Valor Compartido (VC) en Harvard. Más de 15 años de experiencia en el fomento de inversión extranjera, comercio internacional, desarrollo de nuevos negocios y asuntos públicos, especializado en el mercado canadiense, desde el sector privado como subdirector de la Cámara de Comercio Colombo Canadiense y actualmente, socio de VT Investors.
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