Ese extraño oficio llamado Diplomacia

Publicado el Asociación Diplomática y Consular de Colombia

LA INSERCIÓN DE COLOMBIA EN EL MERCADO GLOBAL*

La mayoría de las teorías recientes sobre Relaciones Internacionales consideran el Estado, en el concierto internacional, como un ente aislado de las estructuras internas. La política exterior de un Estado es la respuesta, solamente, a las necesidades de seguridad y defensa. Por el contrario, y sin menospreciar las funciones de los Estados en el orden internacional, lo presentan como un facilitador en el relacionamiento de las diferentes estructuras privadas y los grupos de interés que se desarrollan y convergen en su interior.

De esta forma se empodera la labor de los organismos multilaterales, las empresas privadas de carácter global, y las agencias con funciones interestatales, hasta ser considerados como la estructura base, generadora de las fuerzas del poder en el siglo XXI. Esta perspectiva va en contravía de las teorías que se impusieron en el periodo de posguerra de la Segunda Guerra Mundial; teorías que habían restado, o casi anulado, el papel de las sociedades al interior de los Estados en la formulación de su política exterior, o en el estudio de las relaciones internacionales.

Según Susan Strange la economía política internacional sirve para explicar el vacío de poder dejado por el Estado en su condición de actor principal del Sistema Internacional. Este vacío se ha manifestado iniciado desde la crisis de la hegemonía de los Estados Unidos de América en los años setenta, convirtiendo la relación entre la autoridad política y el mercado en el factor principal de equilibrio del poder.

La importancia del Mercado Global le resta poder territorial al Estado y, por ende, debilita la cooperación entre Estados. Esta cooperación termina por ceder ante las dinámicas propias de los mercados en la esfera privada, aislada de la acción pública. La irrupción de la empresa privada como un nuevo actor en la escena global es evidente y se hace necesaria para crear bienestar a través de la generación de valor y riqueza.

Robert Axelrod y Robert Keohane consideran que, al no existir un gobierno que sea común a los Estados, la capacidad para establecer la cooperación se convierte en un proceso difícil de lograr en la política mundial. El cumplimiento de las “reglas” globales presenta inconvenientes frente a las costumbres y las prácticas adoptadas por las sociedades locales que chocan con los estándares y las estructuras existentes en el ámbito global.

Las empresas privadas compiten con el poder estatal en la medida en que se convierten en los proveedores de la financiación pública a través del pago de impuestos, o de la suscripción de títulos representativos de deuda pública. Durante gran parte del siglo pasado, en algunos países, estas empresas han ejercido algunas de las funciones que se consideraban propias del Estado en temas como la salud, la educación, la vivienda, y la infraestructura.

Las percepciones entendidas como buenas prácticas bien comunicadas, y soportadas en la realidad, son las que definen los intereses de cada país en la comunidad internacional.  De cara al ingreso de Colombia a la OCDE, la sociedad en su conjunto debe adoptar este tipo de buenas prácticas que aseguren la creación de unas condiciones de libertad económica y de transparencia en la actividad pública. El Estado debe asumir compromisos que sean creíbles y cumplir con metas tempranas que reafirmen su voluntad al ingresar.

Una buena práctica, que tiende a ser un estándar global, es contar con un Cuerpo Diplomático profesional, conformado por Diplomáticos de Carrera, que asegure una mejora en la percepción de los representantes diplomáticos colombianos en la Comunidad Global. De esta forma se optimiza la función de nuestro servicio exterior al lograr altos niveles de eficiencia en el desempeño de su labor.

Solo será exitosa la inserción de Colombia en los mercados de bienes y servicios globales si las empresas privadas colombianas están alineadas con iniciativas de la ONU como el Pacto Global, o los Principios de Inversión Responsable. El Estado debe dar ejemplo de transparencia, eficiencia y pulcritud, en el manejo de los recursos públicos.

*Andrés Villota Gómez es profesional en Finanzas y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, con especialización en Derecho del Mercado de Capitales, y Magister en Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. Consultor en temas de inversión responsable y sostenible. Ex corredor de bolsa con 20 años de experiencia en el Mercado Bursátil colombiano. Profesor universitario de materias financieras y bursátiles, en Universidades como la Nacional de Colombia, el Externado, La Sabana, y el CESA.

 

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