El Príncipe Felipe de Edimburgo (1921 – 2021), consorte de la Reina Isabel II, monarca del Reino Unido, falleció el 9 de abril de este año, EPD. Sea este el momento de recordar cuando el noble británico de origen griego visitó Colombia en 1962, en uno de los episodios anecdóticos durante la singular relación entre los dos países.
En 1962 el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, realizó un viaje oficial por Suramérica durante 54 días, visitó once países países, incluyendo a Colombia en la gira, en donde sostuvo reuniones con el Presidente Alberto Lleras Camargo y el Ministro de Relaciones Exteriores José Joaquín Caicedo, uno de los diplomáticos colombianos más destacados de la historia. En el Palacio de San Carlos, por aquella época sede presidencial y en donde actualmente se ubica la Cancillería colombiana, Felipe fue condecorado con la Cruz de Boyacá, la máxima distinción del país.
El príncipe Felipe estuvo visitando fábricas y empresas de capital británico, se encontró con estudiantes del Colegio Anglo-Colombiano, así como las instalaciones de la Escuela Naval. Aparte de Bogotá, visitó Cartagena y una de las fotografías lo muestra piloteando el avión que lo transportaba entre las dos ciudades. Como dato curioso, uno de los pilotos de aquella misión era Peter Middleton, abuelo de Kate, actual Duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Guillermo, nieto de Felipe de Edimburgo.
No se conservan muchas imágenes de la visita, pero hay videos que pueden ser consultados en internet, en donde se aprecian algunos detalles, especialmente de la recepción popular en Bogotá al Príncipe Felipe, quien iba de pie en un automóvil descubierto, a pesar de que en parte del trayecto estuvo lloviendo, como lo reflejan los paraguas de los transeúntes.

Esta visita fue uno de los capítulos amables de una relación que se inició de manera turbulenta, cuando Colombia era el Virreinato de la Nueva Granada y sus posesiones en la costa caribe, como Cartagena de Indias o Santa Marta, eran asaltadas por los corsarios británicos. Sir Francis Drake, enviado por Isabel I, atacó varias veces la costa colombiana, todo esto en medio del conflicto entre los imperios español e inglés.
Una de las mayores derrotas navales de la historia británica se dio en 1741 en la llamada Batalla de Cartagena de Indias, cuando los defensores de la plaza al mando del Almirante Blas de Lezo derrotaron a la poderosa Armada del Almirante Edward Vernon, que multiplicaba por diez sus fuerzas. Muchos historiadores afirman que esa batalla decidió el destino de Suramérica y que permitió que siguiéramos hablando español entre nosotros.
La enemistad anglo-española fue decisiva para que el Reino Unido apoyara decididamente la independencia colombiana, aportando no sólo dinero y armas, sino también hombres. Fue la llamada “Legión Británica” la que se unió al ejército colombiano en la decisiva Batalla de Boyacá de 1819. Destacan en la historia nombres como los de James Rooke, un veterano irlandés de Waterloo quien murió combatiendo y proclamando que su patria era Colombia, o Daniel O´Leary, otro irlandés que se convirtió en edecán personal de Bolívar, escribió sus memorias y murió en Bogotá en 1854.
Sin duda, lo que motivó las excelentes relaciones bilaterales desde la independencia, que se formalizaron en 1825, fue el interés mutuo en los recursos y la posibilidad de tener nuevos mercados de comercio. Una de las canciones legendarias colombianas es “Santa Marta tiene tren”, tras aquella melodía está la historia del Ferrocarril de Santa Marta, inaugurado en 1887, que permitía el transporte entre municipios como Fundación, Aracataca y la Zona Bananera con Santa Marta. Este ferrocarril fue producto de una asociación anglo-colombiana. La relación comercial ha continuado y crecido, hasta la suscripción en 2020 de un acuerdo bilateral en pleno post-Brexit.
Uno de los episodios más incomprendidos de la relación anglo-colombiana, se dio de manera indirecta, cuando en 1982 estalló la Guerra de las Malvinas, producto de la decisión de la dictadura militar argentina de ocupar aquellas islas. Colombia no apoyó la iniciativa argentina y declaró su neutralidad en el conflicto. Esa actitud se interpretó como un implícito apoyo a los británicos. Sin embargo, no era un respaldo al Reino Unido, pues Colombia había manifestado su apoyo a las reclamaciones argentinas sobre las Islas Malvinas. Se trató, más bien de una posición de no cohonestar con una campaña militar que como se demostró posteriormente, costó la vida de cientos de jóvenes argentinos mal equipados y que según otros análisis y opiniones, se enmarcó en una estrategia del gobierno militar para ganar tiempo y permanecer en el poder. Colombia siempre abogó por una solución diplomática que evitara el desastre en el que terminó ese conflicto armado.
Anécdotas más amables, como recordar que Sir Roger Moore, uno de los actores emblemáticos en interpretar al personaje británico más célebre del cine, James Bond, gustaba del café colombiano. Malcom Deas, uno de los “colombiólogos” británicos más destacados, alguien que seguramente puede explicar a Colombia mejor que muchos compatriotas, en la mejor tradición que inició el diplomático John Potter Hamilton, quien en 1827 publicó el libro “Viajes por el interior de las provincias de Colombia”. Phil Manzanera, reconocido músico inglés con raíces colombianas. Sin olvidar que uno de los documentales más celebrados sobre la biodiversidad de nuestro país, “Colombia, Magia Salvaje” (2015) fue dirigido por el cineasta Mike Slee.
La hija de la Reina Isabel II y su esposo Felipe de Edimburgo, la Princesa Ana, estuvieron en Colombia en 1973 y 1997, en carácter de embajadora de buena voluntad. En el transcurso del presente siglo, se han venido repitiendo visitas como la que realizó el Príncipe Carlos de Gales con su esposa Camila a Colombia en 2014, que duró cuatro días. Así como la recepción en 2016 de la Reina Isabel II y su esposo al entonces Presidente Juan Manuel Santos. Quién sabe si durante esas conversaciones, el fallecido Príncipe Felipe habrá recordado cuando estuvo piloteando un avión en el cielo colombiano.
*Dixon Moya. Embajador de Carrera Diplomática. Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Actual Cónsul General de Colombia en Chicago. Lleva un blog en El Espectador como Dixon Acosta Medellín.