Hoy hace 5 años, durante la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, 195 países adoptaron de manera unánime el Acuerdo de París. El principal objetivo del Acuerdo es mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de los 2°C con respecto a los niveles preindustriales” y proseguir esfuerzos para limitar ese aumento a 1.5°C.
Con ocasión del quinto aniversario de este hito del multilateralismo, hoy se adelanta una cumbre de ambición climática virtual (http://webtv.un.org/live/) en donde se espera que un número importante de líderes y gobernantes, incluido el presidente de Colombia, Iván Duque, anuncien nuevos compromisos en materia de mitigación, adaptación y financiamiento climático.
Para algunos, el Acuerdo de París no es una herramienta efectiva para luchar contra el cambio climático y no ha servido para ubicarnos en una trayectoria compatible con 1.5°C o 2.0°C. En este contexto, vale la pena preguntarnos: ¿Qué cambió con París y cuál es la importancia de la acción climática en la próxima década?

Antes de la COP21, los tratados vigentes en materia de cambio climático eran la Convención Marco y el Protocolo de Kioto. Bajo este último, solo un grupo limitado de países desarrollados (listados en el Anexo I de la Convención) que representaban cerca de una cuarta parte de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero -GEI- globales, tenían metas cuantificables y obligatorias en materia de reducción de emisiones. Para 2012, las emisiones de las principales economías industrializadas habían caído 20% con respecto a 1990, superando por mucho los compromisos de Kioto, y sin embargo en ese mismo periodo las emisiones globales de GEI aumentaron un 38%.
En ese sentido, y sin desconocer que los países industrializados tienen una responsabilidad histórica y la obligación de liderar los esfuerzos contra el cambio climático, limitar los compromisos de mitigación a solo un grupo de países es claramente insuficiente. El primer gran cambio que introdujo el Acuerdo de París fue fijar compromisos de mitigación para todos los países, establecidos nacionalmente y actualizables cada 5 años bajo los principios de progresión y no regresión. Es decir, cada país fija su propia meta de reducción de emisiones que debe comunicar y actualizar cada 5 años. Cada una de esas metas actualizadas no puede ser menor que la anterior. El instrumento que refleja los compromisos nacionales de las Partes se conoce como Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).
Una de las razones por las que el Acuerdo logró adoptarse con éxito fue su enfoque de abajo hacia arriba, en donde cada país fija y actualiza sus propias metas. Es cierto que el Acuerdo no establece un límite cuantificado de emisiones para cada país, pero esto no quiere decir que sus compromisos no sean vinculantes.
Además, el Acuerdo de París reconoce la importancia de la adaptación al cambio climático (entendida como los ajustes sociales, económicos y ecológicos necesarios para prever y reducir los potenciales daños de las variaciones climáticas). En materia de medios de implementación, establece que los flujos financieros deben ser compatibles con un desarrollo resiliente al clima y bajo en emisiones. Finalmente, establece un marco de transparencia reforzado que nos permitirá entender y evaluar de mejor manera los avances en los tres componentes de la acción climática (mitigación, adaptación y apoyo), y reitera algunos compromisos de la Convención como la importancia de la educación y la responsabilidad de los países desarrollados en continuar liderando los esfuerzos contra el cambio climático.
Colombia y su grupo de negociación (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe – AILAC) jugaron un rol sustancial en la negociación del Acuerdo, lo que nos ha ganado un merecido reconocimiento en el grupo de países innovadores, comprometidos con la acción climática, con una actitud constructiva y facilitadora que ha sido clave en el logro de acuerdos y en la construcción de la arquitectura del régimen de París[1].
La meta ratificada hoy por el presidente Duque de reducir en un 51% nuestras emisiones de GEI para 2030 (la meta anterior era del 20%, o 30% condicionado a recibir apoyo internacional) constituye un compromiso histórico, resultado de meses de trabajo de un equipo técnico que cree que podemos y debemos hacer más para transformar nuestro modelo de desarrollo. Cumplir esa promesa requerirá de la acción decidida de todos los sectores de la economía, de todos los actores políticos y de toda la sociedad.
Actualmente, los compromisos agregados de todos los países conducen a un aumento en la temperatura superior a los 3°C para final de siglo. Lo que hagamos en esta década determinará la posibilidad de lograr nuestro objetivo y evitar una devastación aún mayor para millones de personas.
El triunfo del demócrata Joe Biden en Estados Unidos y su promesa de regresar al Acuerdo de París, de liderar una transición energética y de alcanzar cero emisiones netas en los Estados Unidos para 2050 es motivo de esperanza. También lo son los anuncios de la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Brasil[2] y China de llegar a ser “carbono neutrales” para mediados de siglo, así como la meta del Reino Unido de reducir las emisiones en un 68% para 2030.
El aniversario del Acuerdo de París llega en un momento crucial para el planeta. Necesitamos acciones decididas que desacoplen el desarrollo y el crecimiento económico de los combustibles fósiles. Para ello, el rol de la sociedad civil en exigir el cumplimiento de las promesas realizadas hoy será determinante.
* Manuela Ríos. Primer Secretario de la Carrera Diplomática, actualmente a cargo del escritorio de cambio climático en el Grupo Interno de Trabajo de Asuntos Ambientales de la Cancillería.
Las opiniones expresadas por los autores del blog son exclusivamente personales y no comprometen la posición de Colombia, del Ministerio de Relaciones Exteriores ni de la Asociación Diplomática y Consular.
[1] Sobre el papel de Colombia y AILAC en las negociaciones del Acuerdo, por ejemplo: Jimena Nieto. Colombia en la COP21: Contribución y logros de la Delegación Nacional en la Negociación del Acuerdo de Paris; Isabel Cavelier et. al. Small group, big impact: how AILAC helped shape the Paris Agreement.
[2] Meta sujeta al “correcto funcionamiento” de los mecanismos de mercado.