El Cuento

Publicado el ricardogonduq

Presidente Duque, ¿qué le dice Bolsonaro?

La fluida comunicación entre los gobiernos de Colombia y Brasil en épocas del fracasado “cerco diplomático” al régimen de Maduro, ha estado ausente en este momento en el que el Amazonas colombiano necesita intervenciones contundentes para evitar una catástrofe por el Covid-19. Como no se puede con el negacionista Bolsonaro, el presidente Duque tendrá que ser más ambicioso y aplicar en el olvidado departamento una estrategia similar a la de las “zonas de cuidado especial” en Bogotá, que empezó por Kennedy.

Primer día de militarización en Leticia. Foto: @UldaricoChilito

Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

El 3 de enero de 2019 el presidente Duque llamó a Jair Bolsonaro, el recién posesionado mandatario de Brasil, para felicitarlo por su llegada al poder y hablar de su obsesión: Venezuela. Meses antes cuando el ultraderechista había ganado las elecicones, ya había existido un diálogo, al menos informal, sobre un eventual apoyo a una intervención militar de Estados Unidos en Caracas. Recientemente, el colombiano apoyó al brasileño cuando le llovieron críticas por su papel en el manejo del incendio en la Amazonía, a pesar de que ese negacionista del cambio climático había dicho ante la ONU que era una “falacia” considerar esa región como patrimonio de la humanidad o el pulmón del mundo.

Hubo en esos episodios por lo menos un telefonazo, un diálogo entre cancillerías, que no vemos o conocemos ahora, cuando de la coordinación de los dos gobiernos depende la vida por la rápida propagación del Covid-19 al otro lado de la frontera. Brasil sumó en un solo día casi 900 muertos y la situación se hace más compleja a pocos kilómetros de Leticia, sin que sepamos qué le dice Bolsonaro a Duque.

El Gobierno colombiano, en medio de la presión que enhorabuena ejercieron los mandatarios regionales, decidió evitar la ruta Trump-Bolsonaro para manejar la crisis y decretó la cuarentena obligatoria hace 50 días. Esta semana, cuando el Amazonas en un solo día reportó más contagios que Bogotá -que tiene una población 100 veces mayor- el presidente Duque reaccionó con las primeras intervenciones en el departamento más al sur del país: militarización, 50 mil tapabocas, telemedicina para el hospital departamental y reactivos para realizar más pruebas. Pero son pañitos de agua tibia.

Pasan los días y la cuarentena se relaja en las calles de las ciudades de Colombia, donde los maniquíes en el andén, la mercancía en el piso y los carritos de dulces vuelven a ser parte del paisaje. Al mismo tiempo, los casos diarios suben al 10% del total de pruebas diarias y nos enfrentamos a un “nuevo viejo” problema, el de la indisciplina social, que le gana al miedo a la enfermedad y a la autoridad. Es por eso que la militarización, además de antipática, se ve inútil y tardía en la triple frontera de Leticia.

“Las imágenes son tétricas”, me cuenta un amigo, ingeniero biológico que está en Leticia, sobre el contraste que vio hoy: hombres fuertemente armados con trajes de bioseguridad por un lado y tres nuevos muertos por el Covid-19 junto al ya aterrador mapa de Colombia invadido por el virus, con Amazonas nuevamente como el lugar del país que más casos registra en un solo día. En el último mes, el departamento pasó de ocupar el 0% a casi el 7% de los casos totales en el país, a pesar de que su población es apenas el 0.16% los 50 millones de colombianos.

Como el diálogo con Bolsonaro es nulo y con Perú tampoco ha habido conversaciones para controlar la porosa frontera, según admiten desde la Alcaldía y la Gobernación, al presidente Duque le va a tocar enfrentar el problema solo. Y tiene que hacer más de lo que anunció este martes, que no convenció al gobernador Jesús Galindo –investigado por presuntas irregularidades en contratación, para completar la radiografía colombiana– quien a las pocas horas estaba pidiendo nuevas ayudas. Quizá lo que necesita Leticia es que se convierta en una “zona de cuidado especial”, emulando lo que en Bogotá se está empezando a hacer con la localidad de Kennedy, la más afectada con casi mil contagios.

La idea es mucho más ambiciosa que la tímida que comenzó el Gobierno esta semana, que hay que decirlo se ha dormido en muchos momentos de la crisis. Hay que volver –o imponer por fin– una cuarentena realmente estricta, en la que se eliminen las 46 excepciones para Amazonas, en la que su capital cierre su economía completamente y se realicen pruebas masivas entre su población de manera indiscriminada.

Habría que hacerlo ya y durante las próximas dos semanas para frenar la propagación que hoy parece incontrolable. “Nos moriríamos de hambre”, me increpa mi amigo ingeniero, cuando le hablo de esa idea, porque la mayoría de alimentos que llegan a la ciudad vienen de Tabatinga, la hermana ciudad brasileña con la que la división política de un país al otro es aún más invisible que en cualquier lugar del mundo. Su respuesta es que se implemente un hospital de campaña apoyado por los tres gobierno, es decir, que se siga intentando el diálogo con Perú y Brasil, que el presidente Duque nos cuente qué le responde el negacionista Bolsonaro.

Pero hay otra salida: asistencialismo puro y duro. No basta con el avión Hércules que enviaron esta semana, hay que hacer lo que en 200 años de historia republicana no han podido, instalar el Estado en ese departamento olvidado. Si los habitantes –incluida la población indígena que difícilmente va a obedecer a los hombres armados del Ejército– tienen alimentación diaria, que se haga puerta a puerta en una ciudad de solo 40 mil habitantes y después, ahí sí, interviene la fuerza pública con patrullajes más pedagógicos que intimidantes, seguramente será posible cumplir con el aislamiento total, evitar la propagación del virus y dar más tiempo para equipar con Unidades de Cuidados Intensivos al raquítico hospital público.

Duque no es Bolsonaro, por supuesto y por fortuna; pero ya que el canal de comunicación que tenemos con Brasil solo está para hablar del régimen de Venezuela, es urgente que haya acciones rápidas para frenar la tragedia que allá temen y que puede hacerse realidad si algunos funcionarios y pseudointelectuales desde Bogotá siguen pensando en el “sálvese quien pueda”.

UN PUNTO DE GIRO: En momentos en que se pide la libertad del falso mártir Andrés Felipe Arias, es muy grave la denuncia de la representante Katherine Miranda, del Partido Verde, según la cual los beneficiados irregulares de «Colombia Agro Produce», créditos para atender la pandemia, sean financiadores de la campaña del presidente Duque en 2018. Esto se parece cada día más a Agro Ingreso Seguro.

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