Laura y Magnoly se quieren mucho. Se adoran. Viven bajo el mismo techo desde hace años y han sabido educar, en medio de las adversidades, a Ricardo. O Ricardo Andrés, como le dicen cuando están bravas. Son mis dos mamás, pero no son una pareja de lesbianas. Son madre e hija -mi mamá y mi abuela- con quienes viví feliz por 13 años. Y aunque mi papá estuvo presente ocasionalmente – y a distancia- sin duda ellas dos son mi familia. Pero para Cambio Radical parece que no es así.
Por: Ricardo González Duque
En Twitter: @RicardoGonDuq
El proyecto del Ministerio de la Familia que presentó ese partido esta semana promete ir más allá de los simples cambios burocráticos para reestructurar el Departamento de Prosperidad Social y reabrirá la discusión de qué es familia para el Estado colombiano. En el artículo 4 del documento (página 23) que radicaron al Congreso, pasó desapercibido el concepto que buscará representar esta nueva entidad que tendría 11.2 billones de pesos anuales de presupuesto.
Dice el texto en su aparte ‘Definiciones’ que: “para efectos de la presente ley se entiende por: Familia (…) el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla”.
La pelea por cada letra que acompaña esta definición ha ocupado la atención de progresistas y conservadores durante la última década en Colombia, en la que el reconocimiento de la ampliación de derechos parecía ganada, pero que podría volverse para atrás por cuenta de iniciativas legislativas como esta.
Y no es simplemente una discusión sobre la homosexualidad, ni la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan adoptar hijos, como ya lo avaló la Corte Constitucional. Implican esas cuatro líneas del artículo que el Estado colombiano se siga quedando con la visión sesgada de influencia religiosa de que las familias tienen que ser únicamente las que conforman un hombre y una mujer y a través de un matrimonio.
Durante la campaña presidencial, en busca del voto conservador, el entonces candidato Duque le repitió al padre de la Constitución del 91, Humberto De la Calle, que él no se estaba inventando el concepto de familia que dejaba por fuera a quienes no formaran una unión “tradicional”. Decía el ahora presidente que quien lo había planteado así era el artículo 42 de esa misma Constitución, que dice tal cual lo que plantea la definición citada y presentada por la senadora Claudia Castellanos y la representante Ángela Sánchez.
Sin embargo, para algunos constitucionalistas, ese texto no limita necesariamente la familia al matrimonio de un hombre y una mujer, sino que da cuenta de una sola de las opciones de familia. O sea, no nos deja sin nombre a Laura, Magnoly y a mí. O a la unión que conformen dos hombres o dos mujeres como pareja. O la mamá soltera, o el papá soltero, o el abuelo con la mamá, la tía con el papá. O las combinaciones que se les ocurra o sepan que existen. Incluso las que incluyen a las mascotas de cada quien.
No puede ser entonces que las congresistas de Cambio Radical con una agenda religiosa, desconozcan lo que ha dicho la Corte Constitucional. Para ella, la familia es: “aquella comunidad de personas emparentadas entre sí por vínculos naturales o jurídicos, que funda su existencia en el amor, el respeto y la solidaridad, y que se caracteriza por la unidad de vida o de destino que liga íntimamente a sus integrantes más próximos”. Así de fácil, sin géneros, sin otras consideraciones que nos aparten de la condición de Estado laico que tenemos.
Entonces, resulta aún más extraño que así como en el gobierno nacional, haya cruce de cables en el partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, reconocido por mantener alineadas sus filas. Explicaba él para El Tiempo el domingo pasado, que en esta iniciativa legislativa de su partido, la familia sería “entendida como el núcleo fundamental de la sociedad y vista desde una perspectiva pluralista, amplia e incluyente, integrada, como bien ha señalado nuestra Corte, no solo por vínculos de consanguinidad o jurídicos sino también por aquellos afectivos, considerando las situaciones sociales, históricas y de la realidad del país”. También claro.
¿Dónde les quedó esa instrucción a las congresistas Castellanos y Sánchez? Incluso ni siquiera el proyecto de ley conservador de Juan Carlos Wills llegó a limitar a qué tipo de familias iba a representar el ministerio que proponen, como sí lo hicieron ellas.
De modo que, si en realidad quieren que este proyecto de ley sea visto como de interés técnico, para direccionar mejor los programas de atención y darles prioridad a las familias del país, sin discriminación alguna, tendrán que empezar por modificar ese artículo 4 e incluir el concepto que tanto la Corte Constitucional como el Consejo de Estado han avalado.
De lo contrario, la familia de hombre y mujer de la que habla Cambio Radical en ese proyecto, vendrá con un mico gigante, para que prevalezca una idea del siglo pasado, en la que creerá una religión, pero que la cotidianidad nos demuestra que no es la única.
UN PUNTO DE GIRO: No sabe uno si el presidente Duque está en el gobierno o en la oposición con tanto desmentido que le ha hecho a sus propios funcionarios. A Carrasquilla, con la tributaria; a Botero, con la protesta social y a Francisco Santos, con la intervención militar a Venezuela. En todo caso, es mejor ese Duque “opositor” que frene esa otra agenda.