Por: José Miguel Zuluaga Mora @josezuluagam1
Partiendo desde el simple y básico sentimiento de compasión que sentimos al ver un ser humano con nariz y ojos como nosotros pero no idealmente aseado, vestido o educado pidiendo limosna en condiciones precarias, es entendible el hecho de querer ayudar al prójimo; pero, ¿hasta qué punto esto deja de ser ayuda para convertirse en alcahuetería?
Basándome en diversos estudios, que arrojan que la gran mayoría de habitantes de la calle están en dicha situación no por necesidad, sino por satisfacción, se puede concluir que este enorme grupo de limosneros, son así por decisión propia y porque hemos convertido su ejercicio en un negocio lucrativo y rentable.
Hice la cuenta matemática de lo que se puede ganar aproximadamente un habitante de la calle trabajando 8 horas del día en un semáforo de la ciudad. 3.600 segundos por hora, 28.800 segundos por día, dividido 80 (teniendo en cuenta que cada 80 segundos aproximadamente, un personaje de estos recoge X cantidad de dinero que le regalan las personas que pasan por el semáforo donde “trabaja”). El resultado de esta operación matemática da como resultado 320 recolecciones por día. Suponiendo que esta cifra X es en promedio de $200, y multiplicando este valor por el número de recolecciones, un limosnero se hace al día $72.000. Multiplicando nuevamente esos $72.000 por 30 que son los días que tienen la mayoría de meses del año, el limosnero se hace un sueldo de $2’160.000 los meses de abril, mayo, junio, septiembre y noviembre, un sueldo de $2’232.000 los meses de enero, marzo, mayo, julio, agosto, octubre y diciembre que son los meses con 31 días, y $2’016.000 en el mes de febrero que tiene 28 días, recogiendo anualmente más o menos $28’440.000 netos.
¿Es justo que una persona que ejerce su “trabajo” (si a eso se le puede llamar trabajo) de forma deplorable y facilista, gane más dinero que aquel que cumple con lo que indica el Estado que debe trabajar un colombiano para ganarse un salario mínimo, haciendo una actividad que sí es productiva y necesaria para la sociedad a diferencia de estos tipos que limpiando vidrios o simplemente siendo limosneros no ayudan en lo más mínimo al desarrollo del país?
Yo personalmente considero que no es justo y desde ese análisis tome la decisión de no volver a regalar ni 50 pesos a nadie. porque lo único que estoy logrando es fomentar el facilismo y el descaro de estas personas.
Una cosa es que no haya empleo y otra muy distinta que no se quieran emplear.
Me di a la tarea de ir al centro de la ciudad y los carteles que indicaban la necesidad de empleados para los locales comerciales, restaurantes, bares, etc. eran bastantes. Así que empleo sí hay, la pregunta es: ¿ganas de conseguirlo también?
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