Por: Andrés López (@andresflopez)
Desapercibido pasó el balance que se hizo el martes de esta semana de la estrategia Clúster de Medellín que cumplió ya 8 años. Dicha estrategia público-privada que surge en el 2007 en la administración de Sergio Fajardo, tuvo como partida la articulación entre la Alcaldía de Medellín y la Cámara de Comercio de la ciudad que se pusieron de acuerdo para firmar los primeros compromisos para el desarrollo de esta estrategia a través de la iniciativa de la Alcaldía en ese momento Medellín mi empresa. En resumen, ha sido una estrategia que le ha permitido a las empresas de dichos sectores fortalecerse, interconectarse con otras empresas, ser más competitivas y acceder a nuevos mercados. Además ha permitido que otras empresas y organizaciones se unan y apoyen la estrategia como Ruta N, la Andi, Inexmoda y Proantioquia, entre otras. Todo un ecosistema creado para hacer de la ciudad el mejor lugar para invertir.
Hoy Medellín cuenta con 6 clústers. El primero fue el de Energía Eléctrica que se lanzó en noviembre de 2007, y durante los años siguientes llegaron los demás: Textil, Confección, Diseño y Moda; Turismo de Negocios, Ferias y Convenciones; y el de Construcción, lanzados en 2008. Por su parte, los Clúster de Servicios de Medicina y Odontología y el de Tecnología, Información y Comunicación fueron lanzados en enero de 2009.
Los resultados hasta el momento parecen ser positivos en términos de cifras. Los clústers representan el 31,4% del PIB de Antioquia y el 31% de la base empresarial del departamento, la creación de empresas relacionadas a dichos sectores está creciendo en un 21% anual lo que se ve reflejado en el aumento del recaudo del impuesto de Industria y Comercio con una tasa de crecimiento de 13,4%, y generan 1,2 millones de empleos. En cuanto a la tasa de desempleo y según el Dane, para el trimetre julio-septiembre de este año se ubicó en 9,7%, siendo liderada la generación de empleo por el sector comercio, hoteles y restaurantes, que van de la mano con la estrategia de internacionalización que ha tenido la ciudad gracias a sus múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. Actualmente se estudia la posibilidad de crear nuevos clusters como el de alimentos, el de la industria de ensamble y el de la industria química y farmacéutica.
Pero más allá de las cifras, esto se tiene que ver reflejado finalmente en la mejora en la calidad de vida para los ciudadanos, la disminución de la brecha social y la inequidad, el aumento del empleo formal y calificado, el mejoramiento de los salarios y el aumento en la inversión social. A pesar de mejorar un poco la cifra de desempleo, la ciudad sigue por encima del promedio nacional que se ubicó para el mismo trimestre en 8,8%, y de ciudades como Bucaramanga (7,1%), Cartagena (7,6%) y Bogotá (8,5%).
La ciudad además se debe plantear un cambio de enfoque en torno a su modelo económico, no solo fortaleciendo los clusters actuales y e iniciando la creación de nuevos, sino apostándole a un modelo que la convierta en una ciudad sostenible e inteligente. Las ciudades y la sociedad necesitan un cambio urgente en su modelo y en su concepción de desarrollo, que en su forma actual parece inviable. Para esto la discusión que se dio alrededor del POT fue vital, pero muchas críticas han surgido sobre el mismo. Su implementación nos dirá si la actual administración se equivocó en su propuesta, así como el Concejo aprobándolo.
Pero ese cambio de modelo debe hacerse no solo por las empresas y la alcaldía, y a través de las alianzas publico-privadas, sino también en un modelo de desarrollo donde se tenga en cuenta a los habitantes de la ciudad, al sector social, bajo el concepto de gobernanza. Finalmente en el desarrollo de una ciudad participamos todos, y es aquí donde se deben fortalecer los mecanismos de participación ciudadana y la creación de una cultura de corresponsablidad.
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