Comparto la posición de quienes controvierten la idea de convertir un apellido en un “ismo”, ya sea “fajardismo”, “uribismo”, “chavismo”, “castrismo”, etc.
En principio no estoy de acuerdo con el personalismo en la política,el cual guarda una estrecha relación con la monarquía, el cacicazgo, y en la actualidad con el presidencialismo, entre otros sistemas de gobierno.
Sin embargo, a pesar de preferir otros sistemas, entiendo perfectamente la preeminencia del personalismo en nuestro contexto político en la medida en que somos el resultado de una herencia monárquica proveniente de Europa, y otra tribal de África y América.
Esto se ha visto reflejado en las diferentes Constituciones que ha tenido el país, y en la que nos rige actualmente en la cual “el Presidente de la República es el Jefe del Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa”.
Ahora bien, después de discernir sobre mi posición frente al personalismo en la política, quiero referirme al “fajardismo” el cual concibo en un sentido más amplio como “Compromiso Ciudadano”, sin negar la preeminencia que tiene Sergio Fajardo en las decisiones que se tomen al interior de este movimiento.
En las pasadas elecciones no triunfó ningún candidato de la extracción de Compromiso Ciudadano ni en la Gobernación de Antioquia, ni en la Asamblea Departamental, ni en el Concejo de Medellín ni en la Alcaldía de la ciudad, sin desconocer el apoyo que tuvo Federico Gutiérrez de una parte del “fajardismo”, que cree con estohaber salvado la burocracia que sale en diciembre del edificio del frente de la Alpujarra.
El fenómeno político que llegó a la Alcaldía de Medellín hace 12 años de la mano de Sergio Fajardo, que conservó el poder con Alonso Salazar, y que llevó a Fajardo a la Gobernación de Antioquia hace 4 años, el pasado 25 de octubre perdió toda representación directa en el poder local y regional.
Si entendemos el término “crisis” en un sentido amplio, no solo como una “situación difícil”, si no también como un “cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación”, creo que es posible decir que el “fajardismo” están en crisis.
Todo movimiento político tiene, por definición, la aspiración de llegar al poder, y después de mantenerlo, lo cual logró hacer Compromiso Ciudadano durante 12 años en la Alcaldía, el Concejo, la Asamblea y en la Gobernación, pero en ninguno de estos escenarios tendrá representación directa durante los próximos 4 años.
En este sentido la crisis del “fajardismo” apenas comienza, es decir, se vienen tiempos difíciles, pero sobre todo, de cambio para Compromiso Ciudadano. En primer lugar, de cara a la próximas elecciones presidenciales de 2018 donde Sergio Fajardo jugará un papel de primer orden. Segundo, también tendrá que tomar decisiones importantes para retomar el poder dentro de 4 años en las elecciones locales y regionales.
¿Cuáles son las causas de esta crisis? se preguntarán algunos. Llegará el momento preciso para evaluar la situación y tomar medidas al respecto. Lo importante en este momento, creo, es identificar la oportunidad que representa esta crisis, porque este no es el fin del “fajardismo” es solo un momento de transición.
*Mi opinión no compromete la institución a la cual estoy vinculado laboralmente.
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