Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

Hoy no quiero saber

Las certezas me han mantenido atada a la tierra, han sido algo así como un brújula, me han permitido trazar el camino a mi antojo, y me he vuelto poco a poco adicta a esa sensación de seguridad y control, porque siento que “saber” me da tranquilidad.

La comodidad entonces está directamente relacionada con “saber”, y el conocimiento ha sido mi armadura preferida para afrontar la vida – partiendo de que la vida es para afrontarla-. Decidí buscar las soluciones en la cabeza, regalarle pragmatismo a mi vida e intentar tener todo bajo control.

Entonces la misma vida se encargó de recordarme en cada instante que estaba realmente equivocada. El mundo iba dando sus vueltas cotidianas, y esas vueltas carecían muchas veces de sentido, el mundo se hacía incomprensible, y mi necesidad de saber era la forma más tormentosa de vivir un mundo así.

En ese afán por entender la vida se me olvidaba la posibilidad de no comprenderla, de no racionalizarla , se me iba olvidando la posibilidad de, simplemente, vivirla.

Es bastante complejo, pero las certezas – mis amadas certezas- solo hacen una cosa: restan libertad, porque para ser libre nada mejor que tomar riesgos, y las certezas son cadenas que, literalmente, nos atan a la vida y nos alejan de lo riesgoso. Pero paradójicamente la vida en la que realmente el ser humano puede ser feliz es en la que hay posibilidades, en la que hay saltos al vacío que para poder darlos es necesario despojarse de saber tantas cosas.

La vida nunca va a poder ser comprendida en su totalidad, así que por simple practicidad  y lógica es absurdo atrancarse en un deseo imposible de lograr. Puede ser muy frustrante no tener explicación para todo en el mundo, pero más frustrante aun es tratar de luchar contra algo que no va a suceder.

Cuando uno sabe lo que va a suceder, las posibilidades se limitan a una, a la certeza, a la cadena que determina lo único que puede pasar; sin embargo, cuando hay riesgo las posibilidades son libres, y el ser humano puede disfrutar vivir la vida dejando que el futuro se enrede solo, y permitiendo que el presente se descubra poco a poco.

Así que hoy quiero no saber, quiero quedarme sin entender, disfrutar la majestuosidad del mar sin comprender su magnitud, pero, sobre todo, quedarme sentada leyendo mis libros sin tener ni idea que puede suceder mañana y disfrutando cada segundo de  la libertad de no saber.

Los invitamos a seguir Bajo La Manga en Twitter: @bajo_lamanga y a visitarnos en www.bajolamanga.co

Comentarios