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Elijo no elegir a Santos

Por: MARCO FIDEL AGUDELO CANO (@canocanomarco)

El gran problema con el Presidente-candidato Santos es que no se sabe qué esperar de él.

En ocasiones se muestra como el más cuerdo y sensato gobernante, que tiene claro el país en la cabeza; momentos después, se muestra ansioso, torpe e inexperto amateur de Presidencia, decidiendo al ritmo que le marque el opinómetro, en algunos casos reversando sus decisiones, violentando la norma y la institucionalidad.

La política de la ambigüedad es peligrosa para un Estado débil como el nuestro. De un lado sanciona la Ley de Acceso a la Información que garantiza la información como un derecho, no un privilegio, generando responsabilidad del Gobierno para con la sociedad y, de otro lado, reparte dinero como un narco en el Congreso con la llamada mermelada para garantizarse su reelección.

Insiste sin cansancio en que la batalla contra la corrupción no sólo compete al Estado y “es urgente que la sociedad esté comprometida a todo nivel con la erradicación de todas las prácticas de corrupción”. Que es “una lucha que implica también difundir la cultura de la legalidad desde el colegio, desde los hogares, y fomentar la participación de la comunidad”[i].

Pensando siempre en su necesidad inmediata, nuestros estadistas cortoplacistas preocupados de sus pocos días en el gobierno, que bien quisieran extender hasta la eternidad misma, se la juegan en cada oportunidad para maximizar sus beneficios usando poder y recursos públicos.

Entonces, ¿Por qué no reelijo a Santos?

  •       Está siendo de nuevo asesorado por JJ. Rendón, señor de la política negra
  •       Por los falsos positivos -más de tres mil muertos – en el periodo de la Seguridad Democrática y durante el cual fue ministro de Justicia
  •       Por el descuido del pleito con Nicaragua, que terminó con la pérdida del mar territorial en el Archipiélago de San Andrés
  •       Por los mucho millones de recursos públicos destinados a la mermelada y reiterados hechos de corrupción denunciados, antes disimulados, ahora ramplones
  •       Por decidir sobre el caso Petro en calidad de candidato presidencial con sus cálculos y necesidades electorales, y no como presidente, lo cual era su responsabilidad
  •       Por las múltiples concesiones mineras que están destrozando el territorio nacional
  •       Por un Proceso de Paz que se deslegitima paso a paso agotando la confianza de los colombianos, excediendo los plazos para su firma una y otra vez
  •       Porque el voto en blanco podría ganar y le disputa legitimidad, lo cual muestra una ciudadanía inconforme con la gestión del Gobierno
  •       Porque no se le ha dado solución a los motivos del paro nacional del 2013 y continúa siendo un problema social sin resolver
  •       Por la falta de liderazgo en la crisis de la ciudad de Buenaventura, permitiendo una matanza anunciada por los grupos ilegales
  •       Por las chuzadas de las Fuerzas Militares y la corrupción en la Policía
  •       Porque encarna el tradicional y rancio político para quien el fin justifica los medios, gobernando sin pudor y con trampa
  •       Porque políticamente es un candidato-presidente que debe muchos favores a grupos tradicionales y grupos criminales, lo que le resta libertad para gobernar al tener que responder a tantos intereses
  •       Porque es un presidente que envía mensajes muy peligrosos de no acatamiento a la norma, a una población que cohabita con la corrupción y la ilegalidad
  •       Porque aparenta ser un gobernante incluyente de minorías étnicas y políticas, y en la práctica responde a los mismos códigos de la excluyente clase política bogotana. Como afirma Santiago Gamboa[ii] “se diría que nuestro sistema sí está dispuesto a convivir con la izquierda, a dejarla respirar y agitar sus brazos, siempre y cuando sea minoritaria, siempre que permanezca en un tono menor y ocupe papeles relevantes pero secundarios. Siempre que su vuelo sea corto y vigilado y que su brazo no alcance jamás hasta los centros neurálgicos donde está el verdadero poder.”

Además de elegir no reelegirlo por lo que hizo o no hizo, -la historia y el poco control político que le hagan, lo calificarán-,  yo elijo no elegirlo por lo que se avecina y no veo en él las condiciones, actitudes y aptitudes para afrontarlo.

Por ejemplo: la firma del Proceso de Paz, un campesinado en la miseria y unos TLC arrasadores, una nueva bandada de corruptos y parapolíticos en pleno ejercicio y adueñados de los escenarios de decisión nacional y de lo cual él participa y se beneficia, partidos políticos minoritarios sin opciones ni garantías políticas o de seguridad en este Gobierno, un medio ambiente en destrucción ante un Estado negligente, nuevas bandas criminales que surgirán luego de los procesos de paz como ya ha pasado y pasará, además, no me gusta un presidente que se salta la norma nacional o internacional como si administrara una tienda, haciendo gala de su precariedad de estadista.

Con o sin Proceso de Paz, Colombia se enfrenta a un futuro de muchos cambios y requiere tener gobernantes a la altura de lo que exige el futuro. Con capacidad de trascender intereses egoístas, que incluya al diferente, a la izquierda, a los que abandonan las armas. Un gobernante con capacidad de redistribuir riqueza y poder político, que gobierne para todos y para todo el territorio, que quiera cambiar las reglas actuales de la política, reglas que han favorecido a los mimos y de la misma manera.

No veo al Presidente Santos ahí, por esto decido no reelegirlo.

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[i] http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2014/Marzo/Paginas/20140306_03-Presidente-sanciono-la-Ley-de-Transparencia-y-Acceso-a-la-Informacion-Publica.aspx

[ii] http://prodavinci.com/2014/03/24/actualidad/la-izquierda-pos-petro-por-santiago-gamboa/

 

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