Por: Sarita Palacio (@saritapalacio)
No voy a hablar de nombres. No está bien que una servidora pública hable de por quién quiere o por quién no le parece adecuado votar. Además, decir un nombre sería ponerme en la mira de quienes no respiran buscando errores. No, no voy a decir nombres. Pero sí voy a hablar de estilos. De eso sí.
1. ¿Por quién me sentiría tranquila votando? Por alguien que continúe la transformación a través de la educación. Tengo claro que la educación es un tema de todos en campaña pero de muy pocos en gobierno. La educación como herramienta de gobierno no es “rentable políticamente” en Colombia pues los resultados no son inmediatos, son una apuesta de largo plazo.
Claro está, lo anterior depende de como usted entienda “rentable políticamente” si lo entiende en materia de resultados para obtener más votos en la elección siguiente, seguro creerá que la educación no renta para ese fin. Pero si es de los que cree que la renta política está directamente ligada con la transformación de una sociedad, entonces, creerá como yo, que la educación es la mejor herramienta política.
Estoy absolutamente convencida de que la educación es el motor de la transformación social y hoy, después de hacer parte de un movimiento que lo encarna, lo cree, lo siente y lo hace realidad, creo que la única forma de que Colombia cambie su historia y pase la página es a través de la educación.
Por eso, votaré por un candidato que tenga un plan de gobierno creíble, concreto, que continúe la transformación en educación, que se tome en serio el cuento, que no solo tenga que cumplir ordenanzas dejadas por gobiernos anteriores. Votaré por un candidato que crea en la educación.
2. Me siento tranquila decidiendo votar por un candidato que conozca el territorio que va a gobernar.
Es imposible gobernar con transparencia, decencia y de excelente manera algo que no se conoce. Hay que conocer a las personas que habitan el espacio, qué piensan, qué creen, con qué sueñan, cuál es su historia, cuál es su visión del mundo, cuáles son sus problemas.
En este país ha sido fácil cambiar un voto por un tamal. Eso para nadie es un secreto. Y duele… duele en el alma que este país venda su futuro por un almuerzo. Pero ahí está otro reto del primer punto: un país educado seguro no venderá su futuro ni lo entregará a manos de corruptos.
Para gobernar un territorio hay que conocerlo, entenderlo, llevarlo en la piel, en la razón y en el corazón. Si no se conoce, el gobierno no será más que una serie de eventos desarticulados que se traducirán en un fracaso para la historia, en un retroceso para las personas, en un estancamiento de los procesos.
3. Me siento tranquila votando por alguien que sea capaz de mirar a los ojos: no soporto aquellas personas que se escudan en pantallas, en teléfonos, en cartas para hablar.
Si con ese candidato puedo hablar, preguntarle, conversar, proponer, criticar, entonces me sentiré tranquila. Después de todo, es el pueblo el jefe inmediato del Gobierno, pues fue el pueblo el que concedió el mandato.
4. Me siento tranquila votando por alguien que cuide los recursos públicos como sagrados: bastante pobreza ya tenemos en este país como para continuar una cadena de errores que lo único que hace es hinchar los bolsillos del gobernante y disecar los del contribuyente.
El próximo voto mío será por aquel que me garantice mecanismos, propuestas, ejercicios de transparencia que tengan la auditoría de la prensa y de la ciudad.
Mi voto tendrá que ser por aquel que muestre sus manos porque las tiene limpias.
5. Mi voto será por esa persona que tenga una propuesta clara para el post conflicto. Más allá de apoyarlo o no hacerlo, la tarea de los gobernantes regionales y locales será construir un proyecto para prepararnos en el territorio para esta temporada.
No podernos hacernos los ciegos más tiempo. Es post conflicto es una realidad más cercana de lo que imaginamos y más allá de glorias o ataques necesitamos un plan detallado de cómo se preparará la ciudad y el territorio para esta época.
6. Mi voto será para quien no efectúe alianzas corruptas y mafiosas. No soy capaz de votar así.
7. Mi voto será por aquel que presente un plan digital serio. Necesitamos una ciudad y un territorio conectado con el mundo. Un territorio que esté a un clic de distancia del futuro.
Mi voto será para aquel que coincida conmigo en la mayoría de estos puntos. Hay unos innegociables de los que después hablaré. Mi voto será para el que coincida conmigo en lo fundamental. Porque si quisiera a alguien que coincida conmigo en todo lo que creo que está bien para mi territorio, entonces, votaría por mi.
Acuerdos fundamentales para estar tranquila en una ciudad y una región que necesitan avanzar.
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