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Aprender a desaprender

Por: Lorena Vargas (@lorenavargas_s)

Somos un mundo contradictorio que reclama a viva voz libertades y derechos, al tiempo que limita los derechos de los demás. ¿Dónde quedó la frase que tan claramente establece que mis derechos llegan hasta doonde comienzan los derechos de los otros?

Razón tenía Eduardo Galeano al asegurar que «nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco ha sido nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone»

El comportamiento del hombre está enmarcado por el ejemplo y la costumbre, lo que es habitual se convierte en normal, aceptado y generalmente es lo que consideramos correcto sin ser un condicional para que determinado hecho goce de éste calificativo. Por tal razón, terminamos validando conductas que deberían ser inaceptables y reprochadas.

¿Cuál es el argumento para considerar a quienes se apartan de los convencionalismos sociales como sujetos de derechos alternativos, o sujetos de segunda categoría en pleno siglo XXI?

Conocer la orientación sexual de quienes me rodean siempre ha sido un asunto de poca relevancia, lo que realmente me cuestiona es ver que en la actualidad algunas personas incurran en comportamientos que descalifican y ridiculizan a otros con tanta facilidad.

Si bien la homosexualidad dejó de ser considerada delito, parecería ser que para algunos aun es una «conducta lesiva».  Somos una sociedad que vive en el pasado, que se niega a aceptar el hecho de que el otro es diferente y que también es sujeto de derechos. ¿Qué tipo de superioridad consideran tener quienes sin pensarlo dos veces se atreven a lanzar juicios de valor en contra de quienes se muestran ante el mundo rompiendo los convencionalismos?

No debería ser importante la orientación sexual que tenga un individuo para ser valorado y aceptado como ser humano. Los comportamientos inequitativos reiterados de discriminación y rechazo son solo una ratificación de que tristemente las conductas violatorias de los derechos humanos están proscritas solo en el papel.

Replantearnos verdades y observar los hechos desde perspectivas ajenas, son los medios que nos permitirán construir otras formas de aceptar al otro con sus diferencias. Aprender a desaprender para readquirir conocimientos y costumbres es una clave aplicable a todas las circunstancias de la vida, dejar de negarse realidades evidentes promueve el progreso y la inclusión social.

 

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