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Adopción igualitaria

Por: Alejandro Gamboa (@dalejogamboa)

“Las personas que menos imaginamos hacen cosas que nadie se imagina.”

Christopher a Alan – Código Enigma

Ahora que el país se encuentra en el limité de las etapas judiciales para avanzar en el reconocimiento de la igualdad de las personas LGBT en especial de las parejas del mismo sexo con el debate sobre la adopción, quiero traer a colación la hermosa película sobre la vida de Alan Turing, un homenaje solemne a un héroe condenado al desprestigio injusto y cruel por ser homosexual.

El asunto es que en medio de la genialidad de Alan Turing, después de tejer el programa para ganar la segunda guerra mundial, de haber logrado el desarrollo de lo inimaginable y a pesar de haberse calculado que por su acción se salvaron aproximadamente 14 millones de vidas y se adelantó dos años el triunfo de la segunda guerra mundial y además contribuyó a las bases de la computación, con el único y más claro norte, el amor.

La fuerza del joven Alan venia del amor por Christopher, de los retos puestos por ese amor pueril e inconcluso, inconfesado que junto con la penalización y persecución de las autoridades construyeron las bases de su soledad y aislamiento que lo llevó al suicidio.

El desprecio generalizado y la injusta calificación de su ser, destruyeron una mente brillante.

Hoy, de nuevo las argumentaciones más débiles intentan ponernos en ese lugar y restringir nuestros derechos. De qué manera y en qué momento llegaremos a entender una realidad, la homosexualidad es un sentimiento que apela a lo más hondo de la conciencia del ser humano y que se limita a la más concreta individualidad y que por lo tanto no es una enfermedad, no se pega, no se quita y no se cura.

Siguiendo esa línea, si la homosexualidad, no es una enfermedad, o algo que se imita y no se cura, cómo pueden calificar inadecuado que un niño o niña termine en un hogar de dos hombres o dos mujeres.

En ese asunto, sin embargo uno admite la curiosidad pues hay temas de profunda inquietud científica que han provocado estudios de años en países como España, EEUU, Australia entre otros. Sin embargo acá los detractores de la adopción igualitaria no dejan ni espacio a la buena fe pidiendo una investigación por lo menos similar, solo se concentran en decir NO, porque NO, de la manera más obtusa.

Lo cierto es que el mal llamado debate de la adopción gay, es un debate por la adopción igualitaria, un proceso de adopción es algo largo, controlado, revisado y escrutado hondamente, no es un asunto fácil y rápido, revisa las dimensiones familiares, psicológicas, económicas, profesionales y de habitación. No es algo sencillo.

Entonces y no lo digo de manera científica, si no apelando al sentido común más básico, hay un elemento claro y es que la entereza de asumir un duro proceso de escrutinio como el que se describe, tiene que tener un elemento de voluntad altísimo, una fuerza y un compromiso muy fuerte que sobrepasa los vaivenes de cualquier embarazo no deseado. Usted cree que después de tomar la decisión de adoptar, después de pasar ese proceso de adopción tan riguroso o complejo, cualquier pareja, incluso las del mismo sexo, no tendrá el mayor amor, cuidado y consideración por los niños o niñas que reciba bajo su protección.

Juzgar a priori y no por sus habilidades llevaron a la infelicidad la vida de Alan Turing a las puertas del suicidio, como llevaron a la misma decisión a muchos otros y otras. Tenemos derecho a hacer lo mismo con las parejas que solo piden un trato igual para adoptar, no lo creo. Merecemos sin duda que se nos apliquen los mismos procedimientos y evaluaciones para la adopción sin discriminarnos por nuestra orientación sexual.

 

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